Una banda de ladrones asaltó dos naves industriales y una caseta de obras en el polígono de Asipo en la madrugada del 8 al 9 de junio. Entre los tres golpes los cacos se llevaron un botín que ronda los 1.000 euros y dejaron tras de sí varias cerraduras forzadas y una cámara de seguridad inutilizada.
Lo ocurrido, calificado como "hechos aislados" por la dirección del área industrial, hizo saltar las alarmas entre los empresarios asentados en la zona, quienes están dispuestos a "incrementar las medidas de seguridad" en sus parcelas para evitar que se repita una situación similar.
"Rompieron el bombín para forzar la puerta, con una técnica que parece tienen bastante depurada, y, una vez dentro, se llevaron todo lo que teníamos en la caja, que ascendía a unos 800 euros", aseguró Ricardo González, principal afectado por el asalto, quien regenta una empresa de contenedores desde una caseta de obra ubicada en la parcela 85 del polígono de Asipo. "Uno de nuestros conductores pasó por aquí en torno a las 5.30 horas de la madrugada y dijo que vio la luz encendida, pero no se acercó a la oficina; más tarde, a las 7.15, vino un segundo empleado que ya se encontró todo patas arriba" relató González en relación con el golpe en su empresa. "Era la primera vez que nos pasaba, y ahora ya no podemos hacer mucho; aprender la lección y no volver a dejar efectivo", agregó.
Otra compañía de transportes asentada en el polígono de Asipo también se vio afectada por la irrupción de los ladrones, aunque en este caso no lograron acceder a la propiedad. "Inutilizaron una cámara de videovigilancia que tenemos y, como no podían entrar a la nave porque disponemos un de sistema de alarma, lo que hicieron fue destrozar las máquinas de refrescos que teníamos en la puerta para llevarse la recaudación", explicó Ivanka Gutiérrez, una de las trabajadoras de la compañía. "Más que los daños, lo peor fue el susto, el llegar y verlo todo roto y lleno de cristales", recordó.
Los cacos también accedieron a la nave regentada por José Manuel Nascimento, en la que tiene habilitado un taller de pintas, aunque en este caso tuvo más suerte que sus vecinos. "Forzaron la cerradura y entraron, pero no se llevaron nada, porque lo único que teníamos era herramienta", afirmó.
"No le damos mayor importancia porque tenemos buenas medidas de seguridad, y éste es un hecho puntual. La gente está tranquila al respecto y el asunto está en manos de la Guardia Civil", sentenció José Antonio Rionda, encargado general del polígono.
