Las placas de cinco calles de Candás plantean un viaje en el tiempo por la identidad de la villa marinera. Se detienen en retratar edificios emblemáticos de la capital del concejo e incluso espacios que sólo permanecen en el recuerdo de los vecinos. "El Ayuntamiento me encargó un trabajo para unificar el callejero y no recurrir a la placa típica, por eso planteo algo distinto y marinero", expone Rita Prendes, que confirma que su trabajo "no será de un día para otro" porque el encargo que recibió por parte del Ayuntamiento es para llevar a cabo en los próximos cuatro años.
"Para confeccionar las placas me basé en el Candás antiguo", comenta Prendes antes de iniciar una pequeña ruta a pie por las calles que ya tienen su placa renovada: Calleja Nolo, Valdés-Pumarino, Braulio Busto, Santolaya y Rufo Rendueles.
La ruta por las primeras calles con placa nueva comienza en La Calleja Nolo. Prendes reprodujo una imagen en relieve de la Peña Furada al lado del nombre de la estrecha calle próxima a Valdés-Pumarino. "La Peña Furada, situada en la playa de La Pregona, es uno de los símbolos de Candás", explica la ceramista, que también colabora con el Consistorio impartiendo cursos artísticos orientados a alumnos con discapacidad.
Desde La Calleja Nolo, Prendes plantea seguir el camino por Valdés-Pumarino. Allí, una placa recuerda la fuente de Valentina, un manantial ubicado frente a la biblioteca municipal "Carlos González Posada".
Para confeccionar estas piezas, la artista candasina ha conversado con los vecinos y ha utilizado para darles forma una base de gres. "Utilicé óxidos y pigmentos, y tonos azules y cobalto, y esmalté cada una de las placas", detalla la artista candasina, que incide en que el proyecto de las calles es lento.
Cada pieza requiere de un proceso de elaboración y de secado. Más aún, su colocación depende de los encargos que le vaya haciendo el gobierno local. "La siguiente tanda será de siete calles", afirma la artista.
Tras cruzar la calle Valdés-Pumarino de punta a punta, Rita Prendes se detiene ante la placa de la calle Santolaya, ubicada en el entorno del edificio consistorial. En la señal identificativa, la artista se decantó por retratar un antiguo palacio ubicado en la citada calle que, a día de hoy, se halla en el Museo del Pueblo de Asturias de Gijón.
"De cada idea que tengo hago un boceto y se la presento al concejal de Urbanismo, Gabriel Rodríguez, para que me dé el visto bueno para seguir trabajando", señala la artista candasina, que ha querido huir de los retratos a la hora de decorar las placas de calles con nombre de persona.
Tras recorrer la calle Santolaya, en el edificio de la Policía Local figura otra placa, la de la calle Braulio Busto. En esta ocasión, Prendes ha querido representar la antigua fábrica conservera de Ortiz vista desde la calle, con sus árboles y sus ventanales. En la actualidad, este edificio municipal es usado para realizar numerosas actividades lúdicas y culturales a lo largo del año.
La ruta a través de las nuevas placas ya colocadas del callejero candasín finaliza en Rufo Rendueles, una vía que recibe el nombre de un gijonés que fue subdirector general de Obras Públicas. En esa señal, Rita Prendes quiso recordar el edificio de la antigua rula de Candás, un inmueble que marcó la tradición pesquera de la villa marinera durante décadas. En todas y cada una de las placas se ha incorporado un escudo de Carreño, además de un relieve vinculado a la calle en cuestión.
La Asociación de Vecinos de Candás respalda la iniciativa municipal de renovar las placas. Sin embargo, sus socios no dudan en reclamar que la colocación de las señales "sea la adecuada para la buena visualización del nombre de la calle", ya que entienden que actualmente en algunas vías de la capital del concejo "resulta complicado encontrar su placa correspondiente".
