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La Villa Condal se adelantó a Carmena

Madrid prevé retirar la distinción a Camilo Alonso Vega, ministro de Gobernación de Franco, cuya huella en Noreña ya fue borrada en 2009

Ramona Rodríguez Bustelo y Alonso Vega, en los 50. Noreña Entrañable

Noreña marca el paso a Madrid con Camilo Alonso Vega. La retirada de la Medalla de Oro concedida al que fuera militar insurgente durante la Guerra Civil y, ya en la posguerra, Director General de la Guardia Civil y Ministro de Gobernación, fue acordada en la Villa Condal a finales de 2009, en aplicación de la misma Ley de Memoria Histórica que ahora blande el gobierno de Manuela Carmena. Sólo que en Noreña, aquella decisión levantó ampollas, debido al vínculo de Alonso Vega con la localidad.

Y es que el que fuera amigo personal y compañero de promoción de Franquismo Franco compartía con el dictador, además de su origen ferrolano, una esposa asturiana. En el caso de Alonso Vega, la mujer era la noreñense Ramona Rodríguez Bustelo, hija del empresario y político local Justo Rodríguez, con la que se casó en 1924.

A raíz de esa unión, Alonso Vega pasaría largas temporadas en Noreña durante el resto de su vida. Y siendo ya ministro, favorecería a su villa de adopción con diversos equipamientos: a su iniciativa o mediación se atribuyen el centro de formación profesional, el mercado cubierto de abastos o, incluso, el cuartel de la Guardia Civil. Fruto de esa relación, Noreña le concedió primero una calle y el nombramiento como Hijo Adoptivo de la villa, y posteriormente la Medalla de Oro del Ayuntamiento de Noreña. Distinciones todas ellas que le fueron retiradas en aplicación de la Ley de Memoria Histórica.

La medida generó controversia en su momento, aunque con el tiempo parece superada. El historiador Antonio Martínez, que es además concejal por Conceyu Abiertu por Noreña, conoce el tema de primera mano, ya que a esa doble condición une la de residente en la antigua calle de Camilo Alonso Vega, hoy rebautizada como de la Libertad. "Es cierto que hubo cierto revuelo, pero siempre que hay este tipo de cambios en la toponimia o el callejero, y no sólo por temas políticos, siempre lo hay", sostiene Martínez, que precisa que en su caso no tuvo problemas por el cambio de nombre de la vía: "En correos son conocedores del cambio, y en el DNI lo hice al renovarlo, no antes".

El punto crucial de la polémica era, como es obvio, la colisión entre su participación en la Guerra Civil y la dictadura, y los beneficios que aportó a Noreña. "Suele decirse que trajo muchas cosas, pero es cierto que la calle la tenía por su participación en la guerra, más allá de que estuviese casado aquí, y así se pudo documentar. Era un caso claro de aplicación de la ley, por eso se le retiraron los honores", explica Martínez.

De hecho, el historiador precisa que fue más controvertido el tema de su esposa, que aún tiene calle en la localidad. "Con la calle de Ramona Rodríguez Bustelo sí que hubo debate. Aunque ella era muy conocida en Noreña, porque era hija de Justo Rodríguez, que durante muchos años fue el cacique de la villa. Podría decirse que, para Noreña, más que ser Ramona la mujer de Camilo, era Camilo el marido de Ramona", explica Martínez.

"Desde una óptica únicamente política", añade, "tanto la calle de Ramona Rodríguez Bustelo como la de Justo Rodríguez serían controvertidas. Pero no entran en los parámetros de la Ley de Memoria Histórica. En todo caso, el que más lo merece de todos ellos era quizás el hermano de Ramona, Enrique, que era un arquitecto destacado y es precisamente al que no le dedicaron una calle".

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