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Lara, sin baile por la gloria

La deportista de La Carrera, que este mes peleará por el Nacional, renuncia a sus aficiones por triunfar en la piscina

Lara García, mordiendo su medalla de campeona de Asturias. l. b.

Quien algo quiere algo le cuesta, y eso Lara García lo sabe muy bien. Esta joven de 12 años de La Carrera, que acaba de ganar el campeonato de Asturias de estilo libre en su categoría, sabe que la gloria deportiva tiene su coste y por ello no dudó en renunciar a algunas de sus aficiones por entregarse a la mejora de sus marcas en la piscina.

A finales de junio, el trabajo de todo un año le permitió proclamarse campeona regional en una prueba celebrada en las instalaciones de su equipo, el Club Santa Olaya de Gijón, y ahora ya tiene sus ojos puestos en obtener un buen resultado en los campeonatos de España que se celebran en la capital del país a finales de este mes. "El objetivo es hacerlo lo mejor posible", cuenta esta niña que acude con la duodécima mejor marca de las participantes.

Estos éxitos son posibles gracias a una dedicación casi plena, que sólo encuentra en los estudios un motivo suficientemente importante para restarle tiempo de práctica. A diario, García se desplaza a Gijón para entrenar al menos dos horas y ponerse a punto de cara a las competiciones. "Antes hacía baile, pero el tiempo hay que dosificarlo y tuvo que dejarlo", comenta su padre, Javier García, un hombre vinculado estrechamente a otros deportes como el fútbol y que ya tiene asumido su papel como chófer de su campeona doméstica. "Son sacrificios que hay que asumir", declara.

Un desarrollo deportivo que ni mucho menos merma los resultados académicos de la niña, que a partir de ahora debe centrar sus esfuerzos en superar con éxito la prueba del instituto. Algo para lo que la familia tiene claro que tampoco se deben escatimar esfuerzos. "El baile lo dejó, pero el inglés es intocable", comenta el padre respecto a la importancia de formarse en la lengua extranjera de cara a labrarse un futuro profesional.

De todos modos, la implicación en la natación no supone sólo metas deportivas, sino que tiene también una buena parte de diversión que la joven deportista no rehuye. "Me dedico a nadar no sólo para ganar, sino porque es algo que me gusta", declara con una madurez propia de una adulta esta pequeña promesa del deporte sierense que promete echar el resto para volverse de Madrid con un resultado que compense al menos en parte el sacrificio tanto personal como familiar que conlleva el deporte.

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