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Bobes, como Cabárceno

Patos, gatos, jabalíes y rapaces campan a sus anchas en la que iba a ser la principal mancha industrial de Asturias

Unos ánades azulones alzan el vuelo en una de las charcas formadas por el abandono del polígono. L. BLANCO

Lo que en su día se anunció a bombo y platillo como la principal mancha industrial de Asturias va camino de convertirse en un ecosistema con una biodiversidad más propia de espacios como el popular parque natural de Cabárceno. El abandono del polígono de Bobes, cuyas obras llevan paralizadas desde 2012 por Sogepsa, ha provocado que la maleza crezca y sirva de refugio para una variada fauna que tiene en el corazón de Asturias su particular parque temático.

Sólo hay que hacer un pequeño recorrido por la macrosuperficie expropiada en su día a unos 300 vecinos de Bobes, Granda y San Miguel de La Barreda para comprobar que los jabalíes campan a sus anchas. "Cada poco se ven grandes superficies esfocicadas", comenta el vecino Manuel Ángel Iglesias, que suele frecuentar la zona.

Una simple muestra de una fauna que también encuentra su particular refugio en las grandes masas de agua almacenadas en los profundos canales excavados en su día con vistas a la construcción de una autovía que atravesaría el complejo industrial. Es el caso de los ánades azulones, que por bandadas hacen parada para bañarse en su particular zona de esparcimiento que los vecinos de San Miguel de La Barreda llaman con ironía "la piscina". Por allí vuelan también el milano negro, el cernícalo vulgar y el gusardo ratonero.

Del mismo modo, los animales domésticos abandonados encuentran en Bobes un lugar en el que cazar algún que otro topillo y subsistir ajenos a la actividad del hombre. En este caso, los felinos suelen buscar zonas de hierba baja para tomar el sol, aunque eso sí, si ven algún vecino cerca no dudan en echar a correr y resguardarse en alguna de las muchas arquetas que se encuentran totalmente abiertas.

Una situación que, lejos de mejorar, va camino de agravarse pues, a día de hoy, no existen plazos, fondos ni siquiera decisión política para reactivar unos trabajos más lastrados si cabe por la sentencia que obliga a Sogepsa a indemnizar a la Unión Temporal de Empresas (UTE) que se encargaba de los trabajos del polígono con casi nueve millones de euros. Para su abono ya existe un acuerdo entre las partes que, si bien da oxígeno a la sociedad mixta, no despeja dudas sobre el futuro de su proyecto más ambicioso. "A este paso todo se convertirá en monte común y lo que trabajaron en su día ya no valdrá para nada", señala el propio Manuel Ángel Iglesias, que en su día llegó a un acuerdo con los responsables de las obras para retirar la hierba de las partes del polígono accesibles para la siega.

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