Velar por el interés de los menores en situaciones de desamparo y acusarles por delitos cometidos. Estas son las funciones de la Fiscalía de menores del Principado, y así lo explicó Jorge Fernández Caldevilla, miembro del ministerio público, en una charla impartida ayer en el instituto de Posada. Además de explicar sus funciones y competencias, Fernández también aprovechó la ponencia para resolver algunas de las dudas que inquietaban a la veintena de asistentes, en su mayoría padres. Pese a que afirmó "que el número de delitos cometidos por menores está en descenso en los dos últimos años", el fiscal aseguró que los expedientes por delitos cometidos en el ámbito de las redes sociales "van en aumento, sin ser alarmantes"; si bien, concedió que "no hay que demonizar los dispositivos móviles, sino controlar su uso".

"La ley de menores del Principado data de 1995. Fue una normativa pionera en España, pero por desgracia no se ha actualizado desde entonces. En aquellas fechas no había que dar solución a problemas como los menores extranjeros no acompañados o el absentismo escolar, que en otras comunidades ya aparece tipificado en la legislación", explicó Fernández, quien aseguró que la fiscalía regional encargada de los jóvenes que aún no han cumplido 18 años tiene "más de 2.000 expedientes abiertos en materia de protección". "No contamos con el personal ni los programas informáticos adecuados", abundó el fiscal sobre esta problemática a la que, aseguró, se trata de dar solución "con la mayor diligencia posible".

Sobre el acoso escolar, tema de candente actualidad con la reciente implantación de un teléfono para asistir a las víctimas, Fernández aseguró que muchos de los casos que llegan a la fiscalía por estos casos "todavía son leves". "Pedimos informes a los centros para valorar si se ha dado solución a la problemática. Si consideramos que ha sido así, el auto se archiva, pero si por el contrario persiste puede llegar a haber un juicio", explicó el fiscal.

Sobre los delitos cometidos a través de las redes sociales, íntimamente ligado con el acoso escolar, Fernández, destacó que "un niño de 10 años no puede tener un móvil sin control de los padres". "Son increíbles las barbaridades que se pueden ver en adolescentes y niños, y para ello juega un papel fundamental la educación", argumentó.