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San Pedro se queda en La Isla

Un grupo de hosteleros del barrio poleso asume la organización de las fiestas, en riesgo por la retirada de su promotor

La prueba de sidra en las fiestas de la Isla, en junio. FRANCO TORRE

San Pedro no se moverá de La Isla. Una iniciativa encabezada por el propietario y la plantilla de la sidrería "Lo de Willy" garantiza la continuidad de la fiestas patronales del popular barrio poleso. Unas celebraciones que parecían abocadas a la desaparición después de que el último presidente de la Sociedad Cultural y de Festejos La Isla, José Antonio Rimada, anunciase este verano que deja el cargo.

"Somos de aquí de toda la vida y no podíamos dejarlo morir así", explica el hostelero David Martínez, "Willy", que junto a Oliverio Rodríguez, encargado de la sidrería, y el camarero Dani González se conjuraron para evitar la desaparición de las fiestas.

Según relatan estos tres jóvenes, le dieron muchas vueltas en la propia sidrería al modo en el que se podría hacer algo por las fiestas. Finalmente, llegaron a la conclusión de que la única salida, ante la ausencia de relevo generacional, era coger el toro por los cuernos y asumir ellos mismos la organización de los festejos.

Para hacer la iniciativa viable, los tres jóvenes contactaron con más personas para formar un grupo fuerte de trabajo. Aunque todavía están organizándose y tienen que decidir el reparto de cargos y tareas dentro de la estructura de la Sociedad Cultura y de Festejos, el compromiso de los tres jóvenes es firme. Tanto que incluso han dado ya pasos decisivos para garantizar la viabilidad de las fiestas del próximo año, como encargar la lotería de Navidad.

El paso adelante de Oliverio Rodríguez, David Martínez y Dani González garantiza así la supervivencia de unas fiestas de gran singularidad y muy apreciadas entre los polesos, pese a su corta historia. Fue hace quince años cuando una iniciativa vecinal propició la creación de las fiestas del barrio, que se habían hecho un espacio propio en el calendario entre dos celebraciones de mucha tradición y calado como son las fiestas de la calle de San Antonio y el emblemático Carmín.

Aunque en sus orígenes era una celebración sencilla y humilde, la fiesta de San Pedro fue ganando adeptos con los años, mejorando su oferta musical verano tras verano y dando continuidad a iniciativas como la prueba de sidra. Un crecimiento al que ayudó el apoyo del barrio, ya que la fiesta cuenta con nada menos que 600 socios.

Pese a todo, la jubilación de Rimada parecía abocar a la fiesta a la desaparición, aunque la Sociedad de Festejos que preside Jenaro Soto se había ofrecido a echar un cable. Ahora, este relevo generacional garantiza que La Isla mantendrá su fiesta.

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