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La Pola | Maravillas del mercado

Se busca faba "amarillina"

A la vendedora Dorita Montes le quitan de las manos la alubia, muy versátil en los fogones, para cocinar con menos grasa

Dorina Montes sirve unas alubias amarillas, ayer, en el mercado. M.M.

Los potajes y alubias son muy socorridos en invierno para entonar el estómago y sobrellevar mejor el frío. Un plato de cuchara casi siempre apetece. Así que la faba "amarillina" es una buena opción como menú en esta época. Dorita Montes, de Valdesoto, la vendía ayer en el mercado de Pola de Siero, con gran éxito entre los clientes, pues siempre es una garantía que sea de casa.

Dorita Montes recomienda guisar este tipo de alubia estofada, para evitar la grasa del compango habitual en la fabada asturiana. Es una alternativa más saludable. Esta sierense suele cocina estas habas con un sofrito de ajo y cebolla y añade también unas costillas de cerdo y huevos cocidos para darle más consistencia al guiso, que, sin duda, es muy sabroso.

Eso sí, como están deshidratadas, hay que dejar las alubias en remojo la noche anterior, durante varias horas, para que recuperen el agua antes de cocinarlas. Otra de las ventajas de este tipo de faba es que admite cocinarla de otras mil formas y también es una buena alternativa comerlas con arroz blanco, como los negritos, recomienda Dorina Montes. Su versatilidad es uno de los éxitos de este producto de la huerta asturiana que le hace ser uno de los más demandados entre las legumbres asturianas.

Dorita Montes destaca que esta alubia amarilla "es la que mejor se vende" en el mercado, "sobre todo para la gente mayor porque no puede comer tanta grasa", como la de la fabada, y esta legumbre estofada es una buena alternativa para evitar cocinarlas con chorizo, morcilla o tocino. Además, es muy sabrosa y alternativas admite muchas, todas las que la imaginación del cocinero o cocinera le permita.

La cosechera de Valdesoto (Siero) explica que es un cultivo que "se da bien" en el concejo y, en general en Asturias, donde suele ser una legumbre habitual en las huertas. Además este cultivo tiene como ventaja que como "viene temprano", es decir, que se recoge en septiembre, se evitan así los meses de otoño e invierno, más lluviosos y de nieblas, por lo que "no suelen mancharse". El manchado es uno de los grandes enemigos de las alubias. Esta amarilla se planta en primavera, entre marzo y abril, explica Dorina Montes, y no requiere "ni mucha ni poca agua". Es un cultivo bastante habitual en Asturias y muy consumido como alternativa a la de la granja.

Así que poner unas alubias amarillas en remojo para guisarlas, por ejemplo, estofadas como recomienda Dorina Montes es una forma de disfrutar de una comida rica y saludable.

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