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Una familia moscona de San Pelayo pide una valla para proteger su casa de los coches

"Parece que se viene todo abajo, como un terremoto", dicen los vecinos, que en el último año han sufrido tres accidentes

Noelia García, al lado de su casa, junto a la rotonda. S. ARIAS

"Parece que la casa se viene abajo, como si hubiera un terremoto". Así vive una familia de San Pelayo (Grado) cada vez que un coche se estampa contra su vivienda a la salida de una de las rotondas de los viales de Peñaflor. Una sacudida que, por extraño que parezca, se repite: el año pasado tres coches impactaron contra la casa. La familia ha solicitado al Ministerio de Fomento, titular de la carretera nacional, la instalación de una valla que proteja el inmueble y la seguridad de sus moradores, pero no han recibido respuesta. "Sientes un ruido fuerte y te asustas porque se mueve todo", comenta Noelia García González.

Tras enviar su solicitud a Fomento y ante la inactividad ministerial, la joven se dirigió al Ayuntamiento de Grado, cuya junta de gobierno acordó solicitar a Demarcación de Carreteras la instalación de una valla protectora. "Nunca nos respondieron, pero Fomento sabe lo que pasa porque cuando hay accidentes vienen y registran todo, saben que aquí hay un problema", sostiene García.

Lo cierto es que la velocidad máxima en la rotonda no puede exceder los 40 kilómetros por hora, pero muchos vehículos la atraviesan a más velocidad, sobre todo, los fines de semana. "Tiran de freno de mano y hacen trompos", detalla la joven. Asimismo, subraya que los accidentes se producen siempre de día y que comenzaron tras la obra de los viales: "El primer coche chocó en septiembre de 2014".

El último se produjo el pasado lunes, cuando un coche se salió de la rotonda e impactó contra una farola anexa a la vivienda. También indica que algunos vehículos, con exceso de velocidad, no pueden controlar la dirección y terminan circulando por encima de la acera. "Es un peligro porque por aquí pasa mucha gente caminando, algunos peregrinos del Camino de Santiago", precisa.

García reconoce que no toma precauciones, pero cualquiera que transite por la acera puede llevarse un susto. El objetivo de la familia, que lleva 27 años en la casa, es que se instale una valla protectora: "Por lo menos tener la tranquilidad de que chocan contra la valla, no contra la casa".

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