Jesús Picatto, nacido en Proaza, es el presidente de la Asociación Española de Empresas de Reciclaje de Vehículos Industriales (Anervi). Es el responsable de un taller dedicado a esta tarea en Meres desde hace 34 años, convertido en Centro Autorizado de Tratamiento (CAT) desde 2002. Su sector dará un vuelco importante debido a la aprobación de un nuevo Real Decreto que obliga a retirar todos los vehículos fuera de uso siempre a través de un CAT.
-¿Qué significa para ustedes el nuevo Real Decreto?
-Es una lucha en la que estamos desde hace 15 años y que por fin hemos conseguido. Hasta ahora, solo había obligación de retirar en los CAT los turismos y vehículos pesados hasta 3.500 kilogramos. A partir de ahora, todos los vehículos que tengan matrícula (camiones, grúas, motocicletas, maquinaria industrial de todo tipo) deberán pasar por nuestras manos.
-¿Por qué es tan importante?
-Hasta ahora, los que habíamos hecho inversiones importantes para contar con todos los equipamientos de reciclaje estábamos en igualdad de condiciones con cualquier centro que no dispusiera de nuestros medios. No sólo nos perjudicaba esa competencia, sino que permitía que no se hicieran las cosas bien.
-¿En qué sentido?
-Un CAT hace labores de descontaminación, extracción de piezas para reutilizar y comercializar. Antes, cualquiera podía reutilizar las piezas de un vehículo, estuvieran como estuvieran. Ahora, cualquier vehículo, para ser dado de baja, tiene que pasar por un CAT, con lo cual se garantiza que la reutilización de las piezas va a ser la correcta y, además, se evitan daños medioambientales. Por ejemplo, garantizamos que los fluidos de los vehículos, que son muy contaminantes, estarán bien tratados.
-¿Y qué consecuencias tiene esto para quien tenga un vehículo?
-Ahora, para dar de baja un vehículo, hay que entregarlo a un centro autorizado. Ya no se podrá hacer de cualquier manera.
-¿Ser Centro Autorizado de Tratamiento le da ahora una ventaja competitiva?
-Claro. Los que invertimos en su momento y creímos que la legalidad era lo conveniente tenemos el camino andado. Ahora la gente que no está tiene que hacerlo, con el consiguiente esfuerzo.
-¿Usted es de Proaza. Por qué eligió Siero?
-Porque estratégicamente la zona comercial e industrial del centro de Asturias es muy buena, por las comunicaciones, como centro neurálgico.
-¿Remite la crisis como parece decir todo el mundo?
-Al principio la crisis fue muy fuerte. En diciembre de 2008 dejaron de sonar los teléfonos. La venta bajó el 60 por ciento y el margen comercial el 40, aguantamos porque teníamos mucha liquidez e hicimos una reestructuración, y las cosas empezaron a estabilizar a finales de 2015. En 2016 subió, paró algo por las elecciones y, una vez que llegó cierta estabilidad, empezó otra vez a funcionar. Ahora, aunque no es lo de antes, hay actividad, cierta alegría.
