El Principado ha solicitado al Ayuntamiento de Siero la licencia de obra para construir 36 viviendas de promoción pública en Pumarabule (Carbayín Bajo), que servirán para el realojo de las familias cuyos edificios han sufrido graves daños estructurales, con hundimientos y grietas. En concreto, las nuevas viviendas se ubicarán en las parcelas que en su momento ocuparon las dependencias del antiguo pozo, que fueron cedidas por Hunosa al Consistorio y este, a su vez, al gobierno regional. El plazo de ejecución es de 18 meses y el presupuesto de ejecución, de 3.028.604 euros.

El proyecto -cuya redacción costó 12.711 euros- fue presentado el 30 de marzo de 2015 por la entonces consejera, Graciela Blanco, materializando el compromiso asumido por el Principado con los vecinos de Pumarabule, a los que prometió una solución.

Los nuevos pisos serán similares a los actuales. Se construirán tres bloques de 12 viviendas cada uno, en una parcela con una superficie edificable de 3.598 metros cuadrados a la que se accede desde la carretera AS-249 (la comarcal entre La Secada y La Gargantada). La altura máxima de las construcciones será de 12 metros.

En esas condiciones se construirán 24 viviendas de 3 dormitorios (60,46 metros cuadrados de superficie útil), 10 de 2 dormitorios (51,59 metros cuadrados útiles) y 2 pisos accesibles de un dormitorio (47,26 metros). Estos últimos se dirigen a personas con movilidad reducidas y el Principado cumple así con el requisito de reservar el 4% para este tipo de hogares. Los tres bloques constarán de sótano, planta baja y dos alturas, y habrá dos portales por bloque. Además, se destinarán las plantas sobre rasante a viviendas. Éstas tendrán también plaza de garaje y trastero. La urbanización dispondrá de 16 plazas de aparcamiento más en superficie y dos son accesibles.

En principio, los bloques no contarán con ascensor, al no ser obligatorio porque la diferencia entre la cota de rasante de la calle y la planta superior es inferior a 10,75 metros. De todas formas, se ha previsto por si se decide su instalación en un futuro.

Los vecinos de Pumarabule afectados llevan años urgiendo una solución. Los problemas estructurales de los inmuebles viene de lejos. Hace más de una década que aparecieron los primeros agrietamientos, pero fue en 2009 cuando se agravaron. Los vecinos de tres portales de la barriada encontraron hendiduras preocupantes en los sótanos. Entonces se constató que los edificios estaban asentados sobre un terreno inestable y con una cimentación deficiente. Se descartó la rehabilitación de los inmuebles y se optó por realojar a los vecinos de forma voluntaria en nuevos pisos, con un coste asequible. El pasado octubre aparecieron nuevas grietas y fueron desalojados algunas familias, pero un informe municipal determinó que no amenazan ruina.