El cuerpo desnudo como elemento removedor de conciencias. Esa podría ser una pequeña definición del "sextremismo", un término acuñado por el colectivo Femen surgido en 2008 en Ucrania para pelear por el reconocimiento de la igualdad de género mediante métodos de desobediencia con los que sus integrantes buscan "derrocar al patriarcado". Una fórmula que fue importada a España en 2013 por la joven de 25 años nacida en El Entrego, y reconvertida en gijonesa, Lara Alcázar, que preside el colectivo en el país y ayer quiso exponer sus teorías de igualdad en Torazo.

Alcázar, a la que no le duelen prendas para posar medio desnuda y hacer visibles sus causas con inscripciones en sus pechos, defiende este método por su eficacia. "El día que deje de tener efecto dejaremos de utilizarlo", dice, para luego dejar claro que aún así no comprende el poder para captar la atención de esta práctica. "Hay cosas mucho más violentas en este mundo que unas tetas con un eslogan", sostiene.

Sin embargo, considera que las formas son una mera anécdota en comparación con lo que este grupo repartido por más de diez países -y que en España tiene una veintena de activistas- persigue. "Queremos acabar con el patriarcado", sostiene para luego definir el término como "un sistema que organiza la sociedad para beneficiar a una clase que son los hombres".

"¿Por qué generamos una respuesta agresiva?, ¿por qué lo tildan de exhibicionismo? o ¿por qué en política es anormal?", se pregunta esta mujer sobre la repercusión de una práctica que a su juicio está generando en muchas jóvenes las mismas inquietudes que le empezaron a surgir a ella cuando iba al instituto. "Me encantaba la Historia del Arte, pero me di cuenta que no había referentes femeninas y se debía a algo...", rememora.

Sentimientos que unido al legado de varias activistas que fue descubriendo le hicieron tomar la iniciativa. "No nos podemos cansar y debemos seguir concienciando a la gente de la causa necesaria de alcanzar la igualdad", defiende una Alcázar que considera que todos los esfuerzos e iniciativas por lograr la meta son bien recibidos. "Ver a Beyoncé defender la causa feminista es positivo, porque de una manera u otra remueve las conciencias de sus seguidoras y ayuda a que entiendan la realidad", pone como ejemplo esta feminista.