El cronista oficial de Nava, Leocadio Redondo, participará hoy, a las siete y media de la tarde, en un acto de homenaje a la escritora Marta Portal en la Casa de Cultura que lleva su nombre. El también colaborador de LA NUEVA ESPAÑA habla, entre otras cosas, de la buena relación recíproca entre la escritora y la villa.
- Usted ha celebrado que Marta Portal tuviese su homenaje en vida.
-Sí. Fue importante, y surgió a raíz del derribo de la casa de cultura antigua. En 1995 quedamos sin casa de cultura y había que habilitar un espacio y conseguir el dinero para hacer un edificio en condiciones. Entonces se vio que utilizar el nombre de Marta Portal, que estaba perdido en la memoria de los navetos, valdría para darle luz al proyecto. Y así fue, le dio una cierta visibilidad. Creo que contribuyó a hacer una casa de cultura decente y a recuperar a Marta Portal como figura naveta.
- Y la escritora recibió el homenaje de muy buen grado.
-Sí. Se encontró una receptividad muy grande por parte de Marta Portal. Ella se sintió reconocida, se sintió honrada y fue para ella una satisfacción en vida.
- ¿Qué cree que significó Nava para la escritora, teniendo en cuenta que se marchó a una edad muy temprana?
-Yo tengo la idea de que en el mundo de todos los escritores está la infancia. En todos ellos la infancia es algo que marca, que determina, que no se olvida. Yo creo que Marta Portal, que vivió aquí hasta aproximadamente los siete años, conserva el amor y esa especie de visión poética que tiene la niñez en relación con el entorno. Yo en su día comenté que Castañera era para Marta lo que Combray era para Proust, y el café con leche y las galletas María fueron para ella lo que la magdalena para Proust. Ella daba paseos por aquí con una niñera a la que, según ella misma aseguró, por momentos le hizo la vida imposible. Es significativo que Marta recorra lugares que son en Nava como pequeños iconos, y todos ellos están muy presentes sobre todo en los cuentos, que es lo que más me interesa de su literatura. Marta Portal escribió relativamente poca narrativa, pero dejó esa parte tan interesante.
- ¿Le interesan los cuentos por esa relación con Nava, precisamente?
-Sí. De todos los escritores lo que más me gusta son esas vivencias que tienen en relación con Nava. Tenemos a Camilo José Cela, Dolores Medio, Carmen Ruiz-Tilve, Marta Portal, Ceferino Martínez Riestra... Toda esta gente, unos naturales y otros circunstanciales visitantes, en algún momento de su escritura hicieron alusión a Nava. Hacen referencia a un personaje, a un rincón, a una vivencia, al color local. Todo eso me interesa mucho como naveto.
- ¿Nava ha tenido suerte con los escritores, entonces?
-Sí. Ha tenido gente de alta cualificación que tuvo relación con la villa. Aparte de lo mencionado de Marta Portal, haber tenido a Dolores Medio de maestra aquí, y a Carmen Ruiz-Tilve, que además de tener una casa es una de las máximas estudiosas de Dolores Medio, es muy importante para el concejo.
- La cultura se ha interesado por Nava. ¿Es recíproco? ¿Se interesan los navetos por la cultura?
-Sí. Aquí hay un asociacionismo brutal. Hay mucha gente que se mueve, y existe mucho interés por muchísimas cosas. Empezando por el deporte, que tiene una variedad impresionante, muchas cosas que no se ven. Y tenemos una Escuela de Música con una importancia muy marcada en la zona, y un calendario de actividades densísimo en la Casa de Cultura, hasta el punto de que hay problemas para reservar el día. Una variedad muy interesante y amplia. Aunque es engañoso cuando vas por la calle, Nava es una población muy inquieta.
- ¿Y el Museo de la Sidra, cómo se reactiva?
-Creo que, probablemente, haya que darle un giro a la institución fundacional, y buscar un tipo de gestión actualizado, porque las circunstancias, probablemente, no sean las mismas que cuando se fundó el museo.
