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Atados a Valdediós por los recuerdos

La Hermandad de Antiguos Alumnos y Amigos del monasterio celebró ayer su fiesta del 1 de mayo con misa, ejercicio de las flores y concierto coral

Un momento de la ceremonia religiosa de ayer. P. M.

Conservan el recuerdo del frío que pasaron, pero no han dejado de regresar ni un solo año. La Hermandad de Antiguos Alumnos y Amigos de Valdediós celebró ayer su fiesta del 1 de mayo en la iglesia del monasterio maliayés, que fue seminario hasta 1950. "Rompíamos el hielo para poder lavar los pies", relató ayer José María Méndez Núñez, quien, en el curso 1946/1947, se desplazó desde Tapia de Casariego para estudiar Latín. El recuerdo ha sido tan poderoso que ha regresado a los encuentros desde el año 1958 y promete seguir haciéndolo mientras pueda.

La hermandad celebró una misa cantada por la coral maliayesa "Capilla de la Torre" (que, además, ofreció un pequeño concierto al finalizar los actos religiosos), seguida del ejercicio de las flores y de una procesión por el claustro. "Eran una gran tradición de los seminarios", explicó Severino Álvarez Zaragoza, presidente de la asociación, quien subrayó que esta presencia de las flores al comenzar el mes de mayo es una de las cosas de las que "más memoria" guardan de cuando eran niños.

Los años han ido pasando y el encuentro de este año ha tenido que afrontar varias bajas, aunque fueron 53 los exalumnos que se reunieron en una de las dos citas anuales de la hermandad; la otra es el 17 de diciembre, cuando celebran la fiesta de la Concepción de María, un momento "importante entre los cristianos primitivos", explicó Álvarez Zaragoza.

Han de elegir fechas fuera del calendario religioso, ya que parte de los participantes son sacerdotes y, de no ser así, no podrían acudir. Es el caso, entre otros, del párroco de Camoca, Lugás y Valdebárcena, el maliayés Agustín Hevia Ballina, quien se formó en el seminario de Valdediós. Cuando cerró sus puertas en los años cincuenta del siglo pasado, el seminario menor pasó a Covadonga y el mayor, a Oviedo; tiempo después, acabaron los dos en la capital asturiana.

El presidente de la hermandad, al igual que muchos otros exalumnos, rememoraba ayer su paso por Valdediós con cariño y con el recuerdo del frío. "Llegué aquí con la cartilla de racionamiento entre los dientes", describió sobre un momento, la posguerra, realmente duro. Entonces las distancias eran otras y su madre tenía que hacer noche para ir a visitarle desde Cangas de Onís, donde nació. En Villaviciosa conoció a chicos de Santander, Zamora y León, y también de otras partes de Asturias, como las cuencas. "Te encontrabas otras expresiones y otra forma de comportamiento", describió Álvarez, quien también rememoró el "frontón de los cazurros", un juego que descubrió en Valdediós.

Los integrantes de la Hermandad de Antiguos Alumnos y Amigos de Valdediós celebraron, además, la presencia de las Carmelitas Samaritanas del Corazón de Jesús, la orden asentada ahora en el monasterio. La entidad, que siempre ha apostado por la ocupación de un lugar tan importante, aplaudió, a través de su presidente, el papel del Obispado, "que se portó muy bien al mantener los puestos de trabajo" de los guías turísticos. La jornada finalizó con una comida de hermandad en Amandi.

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