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El omeru de Tabayes mengua, pero no falla

La localidad sigue fiel a la plantación del árbol por San Juan, aunque cada vez es más difícil encontrar uno con altura suficiente

Mael García, junto al hueco para el árbol abierto frente a la capilla de Tabayes. MANUEL NOVAL MORO

La localidad de Tabayes, en Bimenes, mantiene viva su tradición, que se remonta al menos a más de un siglo, de plantar un árbol por San Juan. Y desde 1993, el año en el que nació la asociación de vecinos, esta tradición no sólo ha arraigado más, sino que también crecido.

Lo único que no han mantenido es la fecha. En los tiempos en los que el pueblo tenía más habitantes y más actividad, se hacía siempre la noche del 23 de junio al oscurecer, y a las doce de la noche -las cero horas del día 24- se encendía la hoguera. como en todas partes. Ahora, sin embargo, debido a que el despoblamiento dificulta que haya gente siempre ese día, la fiesta se celebra siempre de sábado. Concretamente, el sábado más cercano al 23.

Este año toca el 24 de junio, justo el día de San Juan, y el pueblo ya está ultimando los preparativos para tenerlo todo listo.

La tradición manda que se plante un omeru (un aliso, en castellano). Según el responsable de las fiestas Mael García, se elegía este árbol porque su madera no tenía mucho valor. Y el árbol siempre era "robado". Se cogía de fincas particulares sin permiso. Ahora, sin embargo, se están planteando si mantener o no el omeru, porque cada vez hay menos de altura suficiente. Lo normal era que estuvieran entre los 20 y los 22 metros, y el año pasado, por ejemplo, se quedó en tan solo 17.

El programa, además de la plantación del árbol, que tendrá lugar a las siete y media de la tarde, incluye otras muchas cosas.

Una vez plantado el árbol en una poza hecha con hormigón junto a la capilla, tendrá lugar una actuación de la asociación Entemuyeres.

Y posteriormente se nombrará al Sanjuanero de honor, un mérito que en esta ocasión le corresponde a Juan Fernando Rodríguez Calleja, "Juánfer", quien fuera durante años profesor del colegio de Martimporra. Se suma así a la lista de honor del pueblo, en la que también están el académico Salvador Gutiérrez, el médico Bernardo Montes Noriega o el gaitero Valentín Fuente. Después habrá una misa en honor a los fallecidos, una cena pincheo especial, porque a la comida habitual se sumarán costillas, criolllos y postres.

A continuación, tendrá lugar un concierto de canción asturiana, con Celestino Rozada, Patricia Pariente y Alicia Villanueva, acompañados a la gaita por el propio Valentín Fuente.

Y para finalizar, se encenderá la hoguera y, después, comenzará la música con un disc jockey, que estará hasta bien entrada la madrugada.

Todo este programa tiene como intención de preservar una tradición con tanto recorrido en el pueblo. "La asociación de vecinos nació con dos objetivos, gestionar el agua y conservar el pueblo", señala Mael García.

Esta conservación tiene, a su vez, dos vertientes, una la de la tradición, y otra la del buen estado de las calles. San Juan contribuye a ambas cosas, ya que lo que se recauda en la fiesta se suele emplear en arreglar el entorno.

En la tradición de San Juan, además del árbol y la hoguera, había "trastaes", que los vecinos se hacían unos a otros, como cambiar las vacas de establos, echar abajo los balagares o tapar los caminos con carros. Ahora, como hay mucha menos actividad en el campo, las trastadas son menores. Aun así, mejor que nadie se relaje del todo, porque todavía puede caer alguna.

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