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Muros de Nalón, en la moto del abuelo

El club Vespíritu Santo recupera en garajes y hórreos vehículos clásicos que restaura y que este fin de semana exhibirá en una ruta hasta Cudillero

Juan López, Guillermo Bango, Francisco Fanjul, Javier Antolín, Daniel Pazos y Vicente Franco, en el mirador del Espíritu Santo (Muros de Nalón), con sus motos clásicas. S. ARIAS

La moto del abuelo, ésa que está tirada entre telarañas y polvo en muchas paneras y payares de Asturias será la protagonista del fin de semana en Muros de Nalón. Eso sí, lucirán como nuevas y resplandecientes. El recién creado club Vespíritu Santo de motos Vespa y Lambretta organiza su primer encuentro con la participación, por el momento, de sesenta aficionados a estos vehículos clásicos italianos. Una jornada para mostrar los acabados que consiguen tras remodelar y arreglar las motos, que repetirán el tercer sábado de julio en Belmonte de Miranda.

El encuentro comenzará en la plaza del Marqués de Muros de Nalón, donde desde las diez y hasta las once y media de la mañana apuntarán a los últimos rezagados. Y a media mañana, en marcha. La ruta llevará a los motoristas hasta la playa de Aguilar para continuar el itinerario por El Pito y enlazar con la carretera nacional hasta la playa de La Concha de Artedo. De regreso hacia Muros de Nalón, pararán tres cuartos de hora en la villa pixueta para dar un paseo y tomar un vermú. Al término del descanso, partirán de nuevo hacia el concejo murense donde se harán una foto de familia en el mirador del Espíritu Santo y después irán a un conocido restaurante donde tienen reservada la comida para los participantes.

"El objetivo que tenemos es fomentar las motos y también el concejo, desde que creamos la asociación en febrero, que éramos siete socios, veinte personas más se sumaron y arreglaron sus motos", comenta Daniel Pazos, secretario del club. Desde el invierno hacen rutas en fines de semana alternos y, también, por su cuenta.

Unos paseos que van sobre ruedas de motos clásicas, que los socios encuentran en el garaje familiar o compran para luego hacer la restauración integral del vehículo "a su gusto", matiza, "casi siempre son motos antiguas que se arreglan y cada uno las deja como quiere".

Unas motos que fueron medio de transporte para muchas familias hasta la llegada del Seat 600, por eso Pazos anima a los murenses a mirar en los desvanes en busca de la moto del abuelo.

Los integrantes del colectivo trabajan sin descanso en la organización y están ilusionados con el primer encuentro, en el que quieren que todo vaya, nunca mejor dicho, sobre ruedas: "Vamos a hacer algunos sorteos después de la comida, teníamos planeado un concierto de música pero se nos escapó de la mano, es la primera vez y hay que estar pendiente de muchas cosas, a ver cómo sale", concluye Pazos.

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