Noreña aprobó ayer en una sesión plenaria extraordinaria la modificación de las obras de la Escuela de Tecnología de la Carne y también una modificación de crédito para completar su financiación.

Las obras de reforma de la escuela se adjudicaron en el proyecto inicial por 618.733 euros y posteriormente requirieron un modificado de proyecto para corregir algunos errores surgidos al realizar la actuación, con un incremento de coste de 123.437 euros. El municipio contaba con financiación de otras administraciones para asumir parte de este sobrecoste, pero finalmente ha tenido que aportar 42.170 euros para dar cobertura a ese importe no financiado por terceros.

Finalmente, ambas propuestas se aprobaron con los votos a favor de los concejales del equipo de gobierno de IPÑ y de la representante de Foro Asturias, los votos en contra de Izquierda Unida y la abstención del PSOE, del PP y de Conceyu Abiertu por Noreña.

El gobierno recibió duras críticas de la oposición, en primer lugar, por financiar con dinero de las arcas municipales parte de ese sobrecoste cuyo pago no debería corresponder al municipio.

Y, por otra parte, la oposición criticó el hecho de que la aprobación del modificado de obra se llevase a su discusión en el Pleno cuando la obra está ya casi finalizada, algo que consideran, cuando menos, irregular. Esta circunstancia, apuntaron algunos concejales de la oposición, podría acarrear consecuencias legales para el Ayuntamiento de Noreña. De ahí que censuraran duramente la gestión llevada a cabo por el equipo de gobierno encabezado por Amparo Antuña.

El portavoz de IU, René Coviella, mostró sus dudas de que, tal como está actualmente la tramitación del expediente, la escuela pueda estar lista para el día uno de junio, tal y como anunciaba el equipo de gobierno.

Por otra parte, la Corporación aprobó definitivamente, con los votos a a favor de IPÑ, Foro Asturias y Conceyu Abiertu por Noreña, la abstención de PSOE y PP y el voto en contra de IU, el nuevo Reglamento de Participación Ciudadana, que permitirá a los vecinos, entre otras cuestiones, intervenir en los plenos y tener un mejor acceso a la información municipal.

El voto negativo de IU obedeció a que la coalición presentó un documento con ocho alegaciones, con las que pretendían que la participación fuese incluso más amplia que la recogida en el documento inicial, que finalmente fueron rechazadas por el equipo de gobierno y por el principal impulsor del reglamento, Conceyu Abiertu.