El Carmín ha generado otra polémica en la Pola -aparte de las restricciones para evitar el "botellón" el próximo 17 de julio en La Sobatiella- que tiene que ver con el cartel. Algunos polesos han criticado su toque "excesivamente infantil", teniendo en cuenta que publicita una de las fiestas señeras de Asturias. A las críticas ya salió al paso el presidente de Festejos, Jenaro Soto, que en LA NUEVA ESPAÑA defendió el cartel diseñado por dos alumnas de tercero de Educación Secundaria Obligatoria (ESO) del instituto Río Nora, de la Pola, Paula Antuña Fonseca y Marina Díaz Sánchez: un diseño acorde con la pericia de su edad, quince años.
Soto señala que lo importante no es sólo el cartel, sino el hecho "de que los jóvenes de la Pola se sientan identificados con la fiesta y sus tradiciones". El presidente de Festejos, pese a las críticas, considera un acierto que se elija entre los estudiantes el cartel del Carmín y tiene claro que así seguirá.
Entre tanto, las autoras del cartel se sienten ajenas a estas críticas, ya que ellas se limitaron a seguir las directrices que les vinieron marcadas. Se encontraron inesperadamente con el "privilegio" de ser las autoras tras ganar el concurso entre el alumnado del centro, auspiciado por la Sociedad de Festejos.
"El cartel contaba para nota. Además, el trabajo entraba en un concurso en el que participó toda la clase", señalan. La idea les fue surgiendo de forma espontánea. "Nos dijeron que había que poner cosas relacionadas con El Carmín y fue lo que hicimos; pensamos en cosas de la fiesta y fuimos pintando y poniendo adornos".
Un jurado formado por profesores y por miembros de la Asociación de Madres y Padres de Alumnos (AMPA) eligió su cartel como ganador. Marina Díaz estaba con su amiga en clase cuando les dijeron que les habían dado el premio y se quedaron muy sorprendidas. "Nos reímos porque no nos esperábamos ganar; se había presentado mucha gente de plástica y nos parecía difícil", explicó.
Lo cierto es que hay numerosas alusiones al Carmín, pero no sólo eso. Está el prau de la romería, el mantel con la comida, un o una joven de espaldas con una botella y un vaso en la mano, con los preceptivos pañuelo azul y camiseta blanca, y en esta una leyenda que reza "La Pola mola", una botella de sidra recién abierta y con el corcho saltando por los aires, y unos globos en el horizonte. Además, asoman al cartel referencias bíblicas. En el lado izquierdo se ve un manzano, tan asturiano, con sus frutos, pero en él aparece una serpiente que remite al árbol de la ciencia que les costó el paraíso a Adán y Eva. Un paraíso que, al menos de momento y en el instante que inmortaliza el cartel, todavía no está perdido.
El trabajo les llevó su tiempo. En un principio, la idea era que lo hicieran solo en horas de clase, pero finalmente decidieron trabajar también en casa para tenerlo rematado a tiempo. Ahora, a ambas les da cierto pudor que la gente sepa que son ellas las que firman el cartel. Su intención nunca fue llamar la atención. Simplemente, hicieron bien su trabajo.
