Francisco Donate (Grullos, 1949), párroco de Pravia, se jubilará el próximo mes de septiembre tras diez años dedicado a la parroquia. Donate es muy querido por todos los vecinos y ha vivido muy feliz en el concejo, pero ha solicitado la jubilación porque necesita descansar. El cura espera que la parroquia reciba al nuevo sacerdote tan bien como a él "y que estén dispuestos a colaborar en lo que se les pida porque para el nuevo siempre es difícil, no conoces a la gente ni sabes las cosas que hay que saber", dice.
- Se jubila, ¿qué hará?
-Me voy jubilado como adscrito a la parroquia de San Miguel de Pumarín, en Gijón, a ayudar a un compañero.
- Es una jubilación voluntaria, ¿por qué?
-De salud no ando del todo bien y la edad, ya voy muy cansado a mis 68 años y estuve treinta y pico años en la enseñanza, que eso cansa. Además, creo que la parroquia necesita un cambio, una nueva persona que dé otro estilo; nos acostumbramos y, aunque igual innovamos cosucas, vamos tirando con lo que hay.
- ¿Siente lástima por irse?
-Me da pena, por supuesto, pero quizá lo sienta menos que otros cambios puesto que es voluntario y por otras circunstancias. Es una etapa nueva, un paso, y, de momento, lo que quiero es descansar un poco, igual me incorporo de nuevo, pero un año o dos quiero descansar.
- ¿Cómo han sido estos diez años en Pravia?
-Creo que han sido positivos porque, por una parte, conoces a otros cristianos de Asturias y una Colegiata que es preciosa. Además, para mí la zona no es extraña, y eso me ayudó.
- ¿Cuál ha sido el momento más difícil como párroco?
-Para mí lo más difícil, y ahora que soy mayor lo siento más, es despedir a la gente que colabora y trabaja en la Iglesia, no sé si es la edad pero me cuesta porque tienes una relación más cercana.
- ¿Cómo tiene que ser la Iglesia de un pueblo?
-Tiene que ser el motor de la vida religiosa, cultural y social. Son los tres caminos que tiene que tener para que sirva.
- ¿A qué achaca el desencanto de los jóvenes con la Iglesia?
-Los matrimonios jóvenes son los que más se apartan, llevan a los niños a la primera comunión y no asisten nunca más a misa. Puede haber algún niño que lo piense y lo tenga claro, pero son los padres quienes no les ayudan a orientarlos en la fe. Pasa con todos los sacramentos, se casan por lo civil pero bautizan a los hijos. Los sacramentos, ¿son todos válidos o solo los que nos interesan?
- En un mundo polarizado ideológicamente y con los extremismos religiosos en alza, ¿qué papel juega la Iglesia?
-La Iglesia es conciliadora y su papel debe ser conciliar posturas extremas. A veces, la propia religión católica se puede convertir en extremista y hay que vigilarlo. La Iglesia tiene que mediar entre los grupos y no se puede alejar de la sociedad, debe ser aperturista, hay que abrirla al mundo y no tener miedo.
- ¿Miedo a qué?
-Tienen miedo a ser señalados por el resto de la sociedad y eso les hace no sentirse comprometidos realmente con lo que creen, piensan que no está al día o que es retrógrado, son muchas cosas...
- ¿Cómo combartirlo?
-Es difícil, pero hay que animar a la gente a que su vida religiosa sea pública también. Estamos haciendo un bien a la sociedad y luchando por la igualdad de las personas, no hay porqué tener miedo o sentir vergüenza.
- ¿Qué tal funciona Cáritas en Pravia?
-Funciona muy bien en la atención para cubrir las necesidades primarias, en la promoción de personas y en el ropero. Además, hay un grupo de jóvenes que están formándose y el voluntariado es bastante grande. Eso es importante.
- Quedará como el párroco que apoyó el inicio de las alfombras ornamentales del Corpus.
-Es una manifestación pública del trabajo de la gente que está meses preparándolo y me tocó a mí, por suerte, y me hace mucha ilusión. Creo que hay que concienciar a más gente para que cada zona de Pravia tenga alfombras, no es fácil pero algunas cosas se podrán hacer.
