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La infancia, sumando en Siero

La asociación polesa despide las actividades del curso aconsejando a los padres investigar las necesidades del niño

María Riega, Patricia Redondo y Yurema de la Fuente. M. M.

"Hay que saber escuchar lo que dicen y lo que callan" los niños y los jóvenes, recomienda Yurema de la Fuente, presidenta de la Asociación sierense "Sumando", que ofrece intervención psicosocial con familias e infancia y con sede en Pola de Siero. Ayudan a los padres a "saber qué está pasando más allá del comportamiento" para poder elegir una u otra estrategia educativa.

Por ejemplo, cuando un niño sufre fracaso escolar, detrás suele haber dificultades muy diversas, que pueden ir desde una falta de hábito hasta que la carga de trabajo le esté desbordando o que se encuentre en un momento de rebeldía y retando a sus padres porque detrás se esconde otro problema, explica Yurema.

Acaban de despedir el curso, en el que han organizado distintas actividades de apoyo a las familias y a los niños, principalmente en situaciones en las que son más vulnerables, como la separación o el divorcio de sus progenitores o la adopción, aunque también trabajan en prevención en colaboración con el Plan de Infancia municipal de Siero, colegios y otras instituciones.

Cuando hay dificultades de relación e interacción entre los adultos y el menor "no hay varitas mágicas", reconoce Yurema de la Fuente, pero sí técnicas que ayudan a identificar cuáles son las necesidades del niño, que "son distintas en cada uno". En casos de adopción puede ocurrir que el menor empiece a tener rabietas o a cambiar su comportamiento porque necesita conocer su pasado. Es fundamental que sus padres le ayuden a entender su historia previa, aconseja la psicóloga.

En el caso de la separación o el divorcio de los progenitores, hay que tratar de proteger a los hijos del conflicto que viven los adultos. Estos, a veces, se meten tanto en sus diferencias que olvidan las necesidades del niño, como ponerle límites, alerta De la Fuente. Los divorcios han incrementado también las dificultades económicas de un hogar que pasa a ser monoparental al tener que asumir los mismos gastos, antes compartidos, con los ingresos de uno solo de los cónyuges. Las familias también tienen que trabajar más horas para mantener la economía doméstica, en general.

Las principales necesidades de los hijos son: paciencia, atención, tiempo, afecto, límites, escucha y trabajos conjuntos.

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