La familia Vieites descansa ya en Alicante, donde viven, con la satisfacción de un deber cumplido. Ha sido 81 años después, justo los que median entre el momento en que el artista de Candás Antonio Rodríguez García, Antón, hizo un retrato de Antonio Vieites, y el momento en que los nietos de éste último entregaron (ayer) la obra al museo dedicado al pintor y escultor en la capital de Carreño.

Lo primero fue en 1936, en la iglesia de San Félix de Candás, en plena Guerra Civil. Allí fueron encerrados ambos, junto a muchos otros, por los republicanos, que transformaron el templo en cárcel de aquellos que no compartían su ideario político y que, más temprano que tarde, acabarían fusilados. Antón pintó durante aquellos días un retrato de Antonio Vieites. La obra acabó en las manos del hijo de éste y, tras su muerte, en la de sus hijos, Carlos y Juan María.

Ambos sabían que su padre conocía la existencia del museo de Candás y, tras pensarlo, optaron por donar temporalmente el retrato al centro. Así que este fin de semana viajaron desde Alicante -allí viven, aunque son originarios de Galicia, desde donde Antonio Vieites se trasladó a trabajar a la fábrica de Albo de Candás de joven- hasta a Asturias y ayer mismo realizaron la entrega y, con ello, propiciaron el reencuentro de ambos antonios. "Yo no tengo hijos, mi hermano una niña... Pero ambos lo pensamos y creemos que es el mejor sitio para el retrato", explicó a LA NUEVA ESPAÑA Carlos Vieites. La directora del museo, Dolores Villameriel, la concejala Cecilia Tascón y un sobrino de Antón recibieron a los Vieites en Candás, a los que mostraron su agradecimiento por tan generoso gesto.