Como una isla en medio del océano. Así ven los vecinos de Lugones a La Fresneda cuando se trata de llegar hasta allí caminando. Y es que, según dicen los que frecuentan este itinerario, "ninguna ruta es buena" para cruzar la carretera AS-17. Caminar por el arcén de la AS-266 o tomar esta vía y "reengancharse" al sendero que discurre paralelo a esta vía y que alcanza la zona comercial de La Fresneda son las opciones más utilizadas. Por los peligros que entrañan ambos recorridos, los residentes piden al Ayuntamiento que "de una vez por todas" ponga en marcha los mecanismos necesarios para garantizar la seguridad de los viandantes que van de Lugones a La Fresneda.
La opción más utilizada por los sierenses para abordar este trayecto es caminar por la vía AS-266. Los peligros que afronta aquí el peatón derivan de la gran densidad de tráfico rodado que presenta la vía. "No hay acera, y si bien es cierto que el arcén es bastante ancho, hay dos momentos de máximo peligro: coincidiendo con los desvíos a ambos lados de la pasarela que cruza la AS-17", explica Enrique Martínez, vecino de Lugones que utiliza este recorrido "con cierta frecuencia".
Tras cruzar esta zona peligrosa, una opción que utilizan algunos vecinos es la de tomar la senda que entronca con la zona comercial de La Fresneda. Eso sí, como advierte Jesús Gómez, "es como dar un paseo por la selva, hay que llevar machete". Y es que los residentes se quejan del "pobre estado de conservación" en el que se encuentra el vial. "Hay mucha maleza y suciedad, y da la sensación de que en cualquier momento te puede salir una culebra o una rata. Yo cruzo a veces por ahí, pero voy intranquilo", afirma.
También existe una "tercera vía" para unir ambas localidades, si bien la distancia a recorrer es ostensiblemente mayor: utilizar el túnel del camino de La Ería, una senda verde que conecta fácilmente Lugones con La Fresneda pueblo. Precisamente este itinerario es uno de los que se pretenden potenciar con la "Y" verde que unirá Paredes, Lugones y La Fresneda.
