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Todos los dedales del mundo en Llavares

Isabel Arenas tiene una colección de 2.500 piezas, de distintas formas y materiales, y presume de que "nunca" compró por internet

Isabel Arenas, con parte de sus dedales, en Llavares. VICENTE ALONSO

El mejor regalo que se le puede hacer a Isabel Arenas Obaya, vecina de Llavares (Villaviciosa), es un dedal. "Comencé la afición a coleccionarlos hace 12 años porque vi uno precioso en forma de mariposa en una tienda de Santander; como costaba 5.000 pesetas no lo compré, pero como me gustó tanto empecé a comprar otros y a coleccionar", explica la mujer, que tiene cerca de 2.500 piezas de todo el mundo.

"Empezaron a regalármelos y a traérmelos familiares y amigos como recuerdo muchos viajes y países. El primero fue una cacatúa, me lo trajo una sobrina de Jamaica, y el último me lo trajeron hace unos días mis sobrinos de Berlín", señala la coleccionista maliayesa. Pero en el conjunto de Isabel figuran originalísimas piezas procedentes de Venezuela, México, Washington, Carolina del Norte y Sur, China, Jamaica, Alemania, Inglaterra, Australia, Canadá, India, África o Corea. "De España los tengo de todas las comunidades, y de Asturias por supuesto de todos los concejos", añade orgullosa.

En la colección -que ocupa ya casi una habitación de su casa- hay dedales de todo tipo y formas, como un molino o una máquina de coser con movimiento, gallos, muñecas, sevillanas, cactus, búhos, zapatos, máscaras, frutas, y hasta de encaje de bolillos, o de belén navideño, entre otros muchos. Y de todo tipo de materiales como, madera, cerámica, latón, cristal de bohemia y swarovski, o de espuma de mar?. "Uno de los más raros que tengo es el que me trajeron de seda natural de Turquía", señala Isabel Arenas.

Y finaliza esta coleccionista con un deseo, diciendo que le gustaría tener uno muy concreto que aún no posee: "No he conseguido aún uno de Villaviciosa en forma de botella de sidra o de manzana, aunque éste creo que me lo va a hacer un artesano local para que mi capricho se cumpla". Y concluye: "Ya casi no tengo donde ponerlos, y nunca compré ninguno por internet".

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