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El Antroxu llena de color la villa

Los colegios públicos Bernardo Gurdiel y Virgen del Fresno disfrutaron el jueves del Carnaval con diseños hechos por los propios alumnos

Los sombreros de pirata del Virgen del Fresno. S. ARIAS

Parece que el tiempo quiso congraciarse con los niños de Grado, pues, tras días de intenso frío y lluvia, casi aguanieve, en la villa moscona ya pensaban los pequeños del concejo que no podrían lucir los disfraces en los que han trabajado en los últimos días para celebrar el Antroxu. Pero el sol lució en un día de cielo azul despejado, que permitió el desfile carnavalero de los colegios públicos Bernardo Gurdiel y Virgen del Fresno. Contentos, saludando a todos los vecinos que iban encontrando y con mucho color y desparpajo, los críos disfrutaron de una jornada inolvidable.

Los del Virgen del Fresno se pusieron el Carnaval en la cabeza. "Cuando en Milán llovieron sombreros", el cuento del vendedor de gorras, "Las Brujas" de Roald Dahl, el mago "Bambini" y "Alicia en el País de las Maravillas" fueron algunas de las historias en las que se inspiró el cuerpo docente para realizar los disfraces. "El temporal dio una tregua y en Grado llovieron sombreros", comentó la directora del centro educativo, Paraíso Álvarez, durante el desarrollo del desfile escolar.

Sombreros de boda, de piratas, sombreros locos, de la reina de Inglaterra y sus guardias reales, y del circo. Fueron innumerables las inspiraciones con las que crearon los atuendos festivos, todos realizados por los alumnos con materiales como cartón, plástico, cartulina y goma eva. Y mucho también del armario de casa.

Los alumnos del colegio público Bernardo Gurdiel desplegaron, asimismo, su alegría por las calles de la villa moscona. Por votación de los alumnos, fueron disfrazados de Olimpiadas, de Sidney a Pekín, de Barcelona a Río de Janeiro. También con plásticos y cartulinas trabajaron sus atuendos, que no dejaron indiferente a nadie. Hasta hicieron un dragón que se movía con el paso de los escolares, a imitación de los dragones chinos, que dio mucho dinamismo al desfile por las calles de la villa.

El parque de abajo y el frontón fueron los espacios donde los escolares disfrutaron de tiempo libre para jugar y posar para las fotos de las familias. Muchas siguieron el recorrido, cámara en mano, para inmortalizar a sus pequeños.

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