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La segunda puja por el palacio de Aramil se celebra mañana en el Juzgado mercantil

El precio de salida es de 1,6 millones de euros, la mitad de la suma de la primera subasta, desierta por ser demasiado cara

El palacio de los Vigil de Quiñones, en Aramil (Siero). MARIOLA MENÉNDEZ

Los interesados en adquirir el palacio de los Vigil de Quiñones, en Aramil (Siero), tienen una cita mañana, viernes, a las diez de la mañana, en el el Juzgado de lo mercantil número 2 de Oviedo. Aquí se celebrará la segunda subasta pública después de que la primera, que tuvo lugar el 29 de enero, quedara desierta por su elevado precio de salida -3.206.980 euros-, lo que provocó que no hubiera compradores. En esta ocasión, será bastante inferior, la mitad; es decir, 1.603.490 euros.

Los únicos pujadores que mostraron interés en la primera puja fueron los representantes legales de Liberbank, uno de los acreedores privilegiados y la entidad que concedió el préstamo hipotecario que recae sobre el edificio. Pero optaron por esperar a esta segunda subasta para que se rebajara el precio de partida, de 3.206.980 euros. Esta cantidad se corresponde con la tasación realizada antes de que el palacio fuera declarado Bien de Interés Cultural (BIC), lo que limitó los planes empresariales para su explotación hotelera y ocasionó que tampoco se hiciera efectivo el convenio urbanístico con el Ayuntamiento. Por tanto, ya no es su precio real. Pero las condiciones de la subasta establecen que en la primera puja las propuestas económicas debían ser de, al menos, el 70% de la valoración.

El representante legal de un particular también estuvo presente, sin optar, en la primera convocatoria, así como el administrador concursal, ya que la propiedad, Palacio Aramil, S. L., entró en concurso de acreedores en 2014. Subastan el inmueble porque su declaración como BIC truncó sus planes empresariales. Un fallo judicial obliga al Ayuntamiento a devolver 750.000 euros a la propiedad del palacio y anula el convenio firmado entre ambas partes al considerar que la declaración de BIC echó por tierra sus planes empresariales.

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