La crisis del ladrillo truncó la unión de la avenida de Oviedo con Antonio Machado a través de la calle del Mar. Desde que el estallido de la burbuja inmobiliaria frenó el desarrollo urbanístico de los terrenos que hasta entonces había ocupado Casa Huertina, un solar ubicado junto al parque de la iglesia y el único escollo entre dos de las grandes vías transversales de la localidad, los vecinos vienen pidiendo que la administración tome la delantera y promueva la construcción de la segunda fase del vial.
Pese a que entre los parroquianos importa más el fin que los medios, una de las soluciones que proponen para dar carpetazo definitivo a este proyecto inacabado es copiar el modelo del bulevar o el de la futura rotonda de El Castro; esto es, que el Ayuntamiento ejecute la obra en un principio para, posteriormente, cobrar la parte proporcional de los trabajos a quien desarrolle urbanísticamente los terrenos colindantes.
"Sería la mejor opción para todos. Tal y como están las cosas, si tienen que esperar a que construyan edificios para que retomen el proyecto de la calle... nos podemos tirar toda la vida", explica Agustín Gómez, vecino de la localidad, quien apunta, con cierta sorna, que la calle solo se usa para que los coches paren en doble fila.
Las quejas vecinales han ido en aumento en las últimas fechas, sobre todo después de conocerse la inminente ampliación de la calle Santa Isabel hasta la calle Covadonga, una obra que será asumida por las arcas municipales y que hace inevitable las comparaciones. "¿Por qué unos sí y otros no? Tras muchos años con este muerto aquí, debería ser una prioridad", señala la sierense María Isabel Gámez.
A ojos de los parroquianos, terminar de desarrollar la vía ayudaría a descongestionar el tráfico entre dos de las principales arterias de Lugones, daría más claridad al entorno y mejoraría la salubridad de la zona, "amenazada por ciertos vertidos en el solar". Esta última circunstancia preocupa especialmente a los usuarios del parque infantil.
