Los vecinos del pueblo de Cabriles, próximo a Carbayín Alto, en Siero, han pedido a la Fiscalía de Medio Ambiente que investigue la situación y las circunstancias en las que se encuentra una explotación porcina en una parte del monte comunal que sus propietarios tienen arrendado al Ayuntamiento. Desde que los cerdos se instalaron aquí, los vecinos se quejan de malos olores y del deterioro de este espacio natural, y temen que también estén contaminando los manantiales. La empresa propietaria de los animales, La Casería de Tierra Astur S.L., niega tales circunstancias y defiende que dispone de todos los permisos, licencias y certificados en regla, y que cumple rigurosamente la ley.

No es la primera vez que los vecinos de este pequeño pueblo sierense acuden a la Fiscalía; ya lo hicieron en 2017, pero entonces el Ministerio Público descartó "inicialmente" que "pueda contaminar las aguas". No obstantes, ellos insisten en los efectos "en el río Candín, que va al arroyo de Cabriles, y también en los manantiales". Fuentes de la empresa propietaria de la explotación afirman que "la captación que abastece al pueblo está fuera del cercado, por lo que es imposible que se contamine".

Los residentes en esta aldea también han denunciado la situación ante el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil, que ha realizado varios informes, y ante el Ayuntamiento. Incluso han dirigido un escrito a los grupos de la oposición. Argumentan que han presentado un nuevo escrito en la Fiscalía para que abra una investigación, "porque no nos escucha nadie". Y demandan que, "en caso de no ser las actuaciones conforme a ley, se proceda a paralizar, sancionar y a resarcir los perjuicios ocasionados".

Uno de los puntos en los que inciden los vecinos de Cabriles es que "la autorización que el Ayuntamiento ha concedido a la empresa corresponde a una ganadería extensiva, que, según la normativa municipal (PGOU), sólo permite 10 cerdos. Sin embargo, la explotación ganadera en el Monte Cabriles es de más de 100 cerdos". Responsables de la Casería defienden que "prevalece el decreto de ganadería extensiva, de 2008 y ámbito nacional, que marca un máximo de 15 animales de cebo por hectárea". Ellos ocupan 45 hectáreas, así que "estamos por debajo de esa cifra", precisan. En el caso de que fuera una explotación ecológica, el número permitido de cerdos bajaría a 14.

Los vecinos explican que la respuesta que les dieron los responsables municipales sobre esta cuestión es que, "al no haber sido adaptado el Plan General de Ordenación Urbanística al Reglamento de Ordenación del Territorio y Urbanismo, en estos momentos es de directa aplicación el Reglamento de Ordenación del Territorio y Urbanismo". Pero esta contestación no les convence, al entender que PGOU "es de debido cumplimiento por hallarse en vigor en la fecha de concesión de la licencia y por ser más restrictivo que el autonómico", además de por estar más "adaptado a las características y necesidades del municipio". Por eso, subrayan, "no comprendemos esta respuesta". Añaden que "existe una gran presión medio ambiental sobre el ecosistema, que incluye el arroyo Cabriles", y recuerdan que la granja está en suelo no urbanizable de especial protección.

Por su parte, los propietarios de esta ganadería defienden su proyecto porque se está "aprovechando un espacio de helecho y cotolla, produciendo, generando riqueza y poniendo en valor el medio". Insisten, además, en que tienen todos los permisos y certificados en orden.