Langreo,

J. A. VEGA

Gravimetría, tomografía eléctrica y topografía. Estas tres palabras escuchadas el pasado viernes en la Casa de la Buelga de Ciaño podrían hacer pensar al lector que la sede universitaria tiene un laboratorio de investigación similar al de la serie de televisión CSI. No es así, pero los asistentes a la minuciosa y exhaustiva charla sobre las investigaciones de la Cueva del Sidrón, impartida por Marco de la Rasilla, arqueólogo y profesor de la Universidad de Oviedo, salieron con esa sensación. El acto estaba organizado por la Universidad de Oviedo y la asociación cultural Cauce del Nalón en colaboración con el Club LA NUEVA ESPAÑA en las Cuencas. El ponente fue presentado por Aladino Fernández y Eva Sánchez.

De la Rasilla, director de la excavación, comenzó su intervención comentando el trabajo del equipo de investigación cuyo objetivo es tratar de identificar y caracterizar los restos óseos de los nueve o diez individuos localizados hasta ahora entre los sedimentos del suelo. Lanzó cuatro preguntas claves para entender los restos encontrados en la cueva del Sidrón, cerca de Borines en el concejo de Piloña, la mejor colección de restos neandertales de la Península Ibérica. La primera era comprobar que los restos encontrados correspondían a la especie neandertal. Por eso han realizado varios tipos de pruebas, entre ellas la del carbono 14 que resulta bastante fiable. Analizados los restos de los diez individuos localizados, con las piezas menos contaminadas, el equipo de arqueólogos de Marcos de la Rasilla les otorga una antigüedad de 49.000 años. La Universidad de Oxford dará en los próximos meses sus propios resultados.

La segunda cuestión que aclaró el arqueólogo fue el lugar donde se encontraron los restos. Su hallazgo en el interior de la cueva se debe a que cayeron desde el exterior como consecuencia de «un colapso originado en un momento de fuertes lluvias» y su posición no es la original, sino que se encuentran en lo que se denomina «posición secundaria». Para explicar la excepcional conservación de los restos humanos De la Rasilla hizo referencia a las peculiares condiciones físico-químicas de la zona en la que están lo que provocó que los restos se fosilizaran con rapidez.

Otra conclusión a la que han llegado es que los restos encontrados en el yacimiento «no están en el lugar en que vivían, pero ese yacimiento puede estar cerca». El profesor explicó que han llegado a esta conclusión al observar, entre otras cosas, la escasez de restos de fauna. Suponen que el yacimiento principal puede estar en un radio de unos cinco kilómetros pero la búsqueda se ve dificultada por el terreno salvaje en el que se encuentra.

El investigador habló también de en la publicación del primer borrador del genoma neandertal en el que han participado cinco yacimientos europeos y que es sin duda, uno de los mayores logros científicos en el estudio de la evolución humana. Entre los genes neandertales aislados por el equipo asturiano, destacan el gen FOXP2, implicado en la capacidad de hablar, el gen MC1R, implicado en la pigmentación de la piel, y que arroja la llamativa conclusión de que había neandertales pelirrojos y de piel clara. También destacó que tenían el gen que posibilita la detección del gusto amargo.

Y al final habló de la charla de los datos que evidencian la práctica de canibalismo en alguno de los individuos. Solo pudo confirmar que fue una práctica culinaria, «pero estamos investigando si hubo algo más, ligado a lo cultural y simbólico, o si se debió a una hambruna».