Ujo (Mieres),

C. M. BASTEIRO

Los alumnos del Colegio La Salle de Ujo quieren plasmar su vida en la escuela a través de 150.000 tapones que han recopilado desde principios de curso. El reciclaje de plástico comenzó como un misterio, puesto que ni los propios escolares sabían el destino que tendrían los tapones. Hace unos días, sus profesores les dijeron que tendrían que usarlos para crear un tapiz gigante sobre su vida en el colegio. Llevan tres días trabajando y esperan tenerlo listo mañana. El tapiz se expondrá durante unos días pero los tapones se recogerán para darles un uso solidario.

El impulsor de la idea fue el profesor Rafael Palomera, pero asegura que el mérito es de los escolares. «La respuesta de los alumnos fue muy positiva, a pesar de que no sabían cuál era el destino de los tapones empezaron a traerlos sin descanso», explicó el docente. Entre todos, lograron recaudar algo más de 150.000 tapones de doce colores distintos. Sus ánimos se dispararon cuando descubrieron que realizarían un mural gigante, que alcanzaría los 128 metros cuadrados de extensión.

El trabajo comenzó con una tormenta de ideas para decidir, entre todos, como representarían en un mural su vida en la escuela. Después de hacer un plano, los alumnos ocuparon el salón de actos, siempre bajo supervisión de los docentes, dibujaron las figuras en el suelo y comenzaron a rellenarlas con los tapones. Palomera se mostró orgulloso de los alumnos, «porque se lo toman muy en serio».

Basta con echar una ojeada al tapiz para descubrir que no miente. La parte central del mural son dos jóvenes con las manos en alto, realizados con tapones de color marrón, amarillo y rojo. Debajo, los escolares han elaborado otra figura con el lema de este curso en el centro: «Busca tu luz. Eres estrella». El tapiz se completa con una lograda reproducción, formada con tapones de plástico marrón en distintos tonos, de la iglesia de Ujo y el caracol que utilizan como mascota para las actividades solidarias que se están llevando a cabo en La Salle. También han incluido a dos mujeres africanas, como símbolo de su labor solidaria, y la bandera de Asturias.

El mural está casi finalizado y, a lo largo del día de hoy se darán los últimos retoques. Conseguir terminar en el plazo previsto no ha sido fácil, pero la organización y la capacidad de trabajo de los jóvenes ha tenido recompensa. Cada grupo de alumnos se ha encargado de un color y la elaboración del mural se emite en directo a través de la página web del centro y una cámara de fotos realiza instantáneas de forma automática para poder repasar el proceso.

«El principal objetivo de este trabajo era que todos se sintieran importantes, gracias al trabajo en equipo, y que admiraran los buenos resultados de un trabajo en equipo», señaló Palomera. También recibirán una lección de solidaridad. El mural se expondrá unos días, pero los escolares lo recogerán y donarán el plástico a la familia de una niña de Mieres que necesita una nueva silla de ruedas.