Oviedo, E. PELÁEZ

«Estamos dispuestos a seguir hasta que haga falta, para atrás ni para coger impulso», aseguran Sigrid Pulgar, Heriberto Garrido y Rubén García ante las puertas de la Delegación del Gobierno, en Oviedo, en la acampada impulsada por el sindicato CC OO. Son tres de los mineros que participan desde hace nueve días en esta acción de protesta ante los recortes presupuestarios que prevé el Ejecutivo de Mariano Rajoy. «Estamos muy mentalizados», indicó Garrido, que fue uno de los primeros en instalarse en una de las cuatro tiendas de campaña ubicadas en la plaza de España el lunes de la semana pasada.

Este minero de Cabañaquinta, que trabaja en el pozo Santiago, en Aller, cubrió ayer otro turno de los tres programados cada día. Ayer, antes de ser relevado por otro compañero, que se mantendría otras ocho horas ante las oficinas de Delegación de Gobierno, confesaba que «las horas no pasan aquí, tengo ganas de volver a trabajar». Heriberto Garrido estuvo en el inicio y volvió ayer pero en estos días intermedios también acudió para apoyar a otros compañeros.

Lo peor, señaló, es la «humedad» en la tienda de campaña colocada sobre el césped de la plaza de España. Aunque «quién más está sufriendo son las familias», subrayó. Durante estas jornadas han notado también el respaldo de «muchas personas ajenas al sector». «Y dicen que los jóvenes no se implican pero nosotros notamos su apoyo», dijo Garrido. Buena muestra es la comida que reciben. «En estos días que llevamos aquí nos trajeron pasteles, tortillas, empanadas e incluso una señora nos hizo un poema», añadió Sigrid Pulgar.

Mientras, Sigrid, Heriberto, Rubén y otros compañeros como Alejandro González, Manuel Ramón Gómez o el polaco Rafal Trzaskowski esperan sentados en el suelo de la plaza un acercamiento del Gobierno central para llegar a una solución. Tras ellos un cartel en el que se puede leer: «Por la continuidad de la minería del carbón. Por sus empleos». A pocos metros profesores interinos intentaron ayer iniciar también una acampada, que finalmente no se llevó a cabo al carecer de permiso.

Sigrid Pulgar, que lleva nueve años trabajando en el pozo Santiago, es optimista. «El Gobierno no está por la labor, pero espero que se llegue a algún arreglo», indicó. Por ahora, dijo Heriberto Garrido, «seguimos como los últimos días», con la protesta enmarcada en la huelga indefinida del sector. Esta situación ya se deja notar en la nómina y, señaló el minero de Cabañaquinta, «yo tengo a mis dos hermanos en paro».

«Este es el único camino que nos queda», reconoce Garrido, que pide al Gobierno central que cumpla sus compromisos con el Plan del Carbón. Rubén García, de la sección sindical de CC OO en Hunosa, destacó la participación de los trabajadores de todos los centros de la empresa estatal minera pero también la colaboración de los «compañeros de la minería privada», que también pusieron su granito de arena en la acampada.

García subrayó que «defendemos nuestros puestos de trabajo y que se cumpla con los compromisos firmados. Luchamos por la reactivación de las comarcas mineras». El representante de CC OO afirmó que «la mayor parte de los chavales que están aquí tienen 1.200 euros de sueldo».

Son muchos días de movilización, en los que se han producido cortes de circulación en carreteras y en vías ferroviarias, encierros de diez mineros (que son ahora siete tras abandonar dos de ellos por razones de salud) en dos pozos y varias concentraciones. Los ánimos siguen acompañando a los mineros, que pretenden «estar aquí hasta que el conflicto se solucione», remarcó Rubén García.