Mieres / Langreo, L. M. D.

Los mineros de interior de Cerredo (Degaña), pertenecientes a la empresa Coto Minero Cantábrico, han decidido secundar dos días de huelga, que se celebrarán probablemente a finales de la próxima semana. De esta forma los trabajadores de interior mostrarán su respaldo a las movilizaciones que vienen desarrollando ya desde hace días sus compañeros del cielo abierto de Cerredo, y desde el lunes los de Tormaleo. Por su parte, la empresa Uminsa, propiedad, al igual que Coto Minero, del leonés Victorino Alonso, volvió ayer a pedir a los trabajadores que «desconvoquen la huelga» y más tras «decidir plantear un conflicto colectivo» en el juzgado. «Mientras se alcanza una solución por la vía judicial, lo más razonable es desconvocar», asegura la compañía carbonera.

Fuentes sindicales indicaron que los trabajadores de la mina subterránea de Cerredo acordaron realizar un paro de dos días para «apoyar» las reivindicaciones de los mineros del cielo abierto, la mayor parte de ellos pertenecientes a subcontratas, y a los que los cambios en los turnos de trabajo y la eliminación de los pluses salariales les han supuesto una bajada de al menos 200 euros mensuales en el sueldo. En total irán a la huelga alrededor de 400 trabajadores de Coto Minero Cantábrico. A lo largo de estos días, además, los empleados de las minas a cielo abierto de Cerredo y Tormaleo se han comprometido a no realizar piquetes ante este centro de trabajo. Lo que todavía no se ha definido es los días concretos en los que se llevará a cabo la huelga. El paro se celebrará en función de cuando se presente oficialmente la convocatoria de huelga a la Consejería de Economía y Empleo del Principado de Asturias. En todo caso, no podrá ser «antes de finales de la semana próxima».

Por su parte, desde Unión Minera del Norte (Uminsa) se aseguró ayer que únicamente 200 trabajadores de la compañía secundaron ayer la huelga de forma voluntaria. Eso sí, su acción «ha impedido el acceso al trabajo a unos 600 en total de los cerca de dos millares llamados» a ir a la huelga. Uminsa reconoce la paralización de «los cielos abiertos, de la mina de interior de Santa Cruz y de las subcontratas del transporte». La compañía acusa a estos trabajadores de «mantener el paro mediante la coacción en forma de piquetes», lo que «va en contra de la voluntad de la mayoría de los empleados, expresada a través de las votaciones realizadas en los centros de trabajo».

La empresa denuncia que las movilizaciones «agudizan la situación de emergencia por la que atraviesa la empresa en estos momentos, y perjudican al conjunto de trabajadores quienes, todos y cada uno de ellos, deberán hacer esfuerzos para paliar, en la medida de lo posible, la situación que atraviesa el sector». «Todos estos ajustes», añadieron fuentes empresariales, «vienen motivados por el drástico recorte de suministros y ayudas impuesto por el Gobierno». La empresa insistió ayer en que «es inasumible el abono de ningún tipo de plus festivo» porque «sería un contrasentido dada la difícil situación que atraviesan las empresas». Uminsa, además, aseveró que «no ha impuesto, en momento alguno, la exigencia de que se aumente la jornada» para que los trabajadores recuperasen jornales. Sobre el conflicto colectivo planteado por los trabajadores contra los cambios en sus turnos, «mientras se alcanza una solución judicial, lo más razonable sería desconvocar la huelga».