El secretario general de UGT en Siero-Piloña, Julio Carretero, mantendrá la decisión que tomó en su momento y no se postulará para suceder a José Ángel Fernández Villa al frente del SOMA-FITAG-UGT. El sindicalista sierense ha recibido durante las últimas semanas, desde el fallido congreso celebrado a mediados del pasado mes de mayo en Mieres, numerosas peticiones internas para que reconsiderase su decisión y aceptase liderar una nueva era en el sindicato minero. Según explicó él mismo a LA NUEVA ESPAÑA, «no se dan las condiciones adecuadas para asumir esta responsabilidad y se puede decir con un cien por cien de seguridad que no seré el nuevo secretario general del SOMA-FITAG-UGT».

Los motivos que impiden a Julio Carretero dar un paso al frente son «estrictamente personales» y se enmarcan dentro del «ámbito familiar». El entorno del dirigente sindical reconoce, no obstante, que desde la celebración del congreso celebrado en Mieres han sido varios los afiliados, entre ellos algunos pesos pesados de la central minera, que lo han intentado convencer. «La decisión está tomada y no hay marcha atrás», les contestó Julio Carretero. El sindicalista sierense, aunque agradece estas muestras de confianza de los afiliados, es partidario de que se ponga fin al debate sobre el papel que debe jugar en el SOMA: «El sindicato necesita avanzar y no perder tiempo intentando abrir una puerta que está cerrada».

La ejecutiva saliente del SOMA-FITAG-UGT ofreció en enero a Julio Carretero encabezar una candidatura de consenso que facilitara una transición tranquila dentro del sindicato. Desde un primer momento advirtió de que su situación personal le impedía asumir el reto. Pese a ello, a nivel interno siempre se ha mantenido la confianza de que el dirigente sierense reconsiderara su posición, cosa que no ha sucedido. Una vez que Julio Carretero parece decidido a descabalgarse de la montura, el SOMA-FITAG-UGT se enfrenta al reto de encontrar un jinete capaz de coger las riendas que ha llevado Fernández Villa durante más de tres décadas. En el congreso celebrado en Mieres quedó de manifiesto una fractura interna. La decisión de Concepción Alonso de dimitir a los quince minutos de ser nombrada secretaria general del SOMA con solamente el 29 por ciento de los apoyos obligará al sindicato a enfrentarse a un nuevo congreso, que se celebrará el próximo 20 de septiembre.

Durante los próximos meses la central estará bajo la tutela de una gestora que no hará mucho más que pilotar la gestión ordinaria y preparar la transición. El problema es que el momento para el vacío de poder no podía ser más inoportuno. El Ministerio de Industria lleva meses ultimando el nuevo plan minero, un documento que muy posiblemente se convierta en la carta de defunción del carbón en Asturias.

Además, en Hunosa está pendiente la negociación del convenio laboral y del plan de empresa y en la minería privada se suceden los despidos. También está el conflicto por los recortes de las prejubilaciones, todo ello enmarcado en un escenario desolador en líneas generales para el sector minero, cuyo futuro pende de un hilo cada vez más fino. Tampoco hay que olvidar que el SOMA controla los comités de empresa de la práctica totalidad de las factorías de las Cuencas, algunas de ellas con expedientes de regulación en marcha. Starglass, con sede en el polígono de Sovilla, acaba de presentar un plan con casi medio centenar de despidos. Es sólo un ejemplo.