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Científicos del campus utilizan plantas para descontaminar suelos en Mieres y Langreo

El trabajo de campo se realizó en las antiguas instalaciones de La Terrenal - y en la planta química de Nitrastur

Los terrenos de Nitrastur, en el término municipal de Langreo. | fernando rodríguez Fernando Rodríguez

El uso de plantas autóctonas para la descontaminación de suelos. Este es el objetivo que persigue un grupo de investigadores de la Universidad de Oviedo, coordinados por José Luis Rodríguez Gallego, que ha constatado el "alto potencial" que poseen algunas plantas como acumuladoras de metales pesados y arsénico. Estos son los primeros resultados del proyecto "Innovative and demonstrative arsenic remediation technologies for soil" (I+DARTS), financiado a través del programa LIFE+ de la UE. Las escombreras de La Terronal (Mieres), el solar de Nitrastur (Langreo) y la antigua mina de mercurio de Olicio (Cangas de Onís), son los emplazamientos que ha utilizado este equipo para probar sus investigaciones a escala real. El trabajo de laboratorio se llevó a cabo en las instalaciones del campus de Mieres.

El proyecto "evalúa y perfecciona la aplicación de las denominadas 'green technologies' (tecnologías verdes) a la recuperación de suelos contaminados por arsénico y metales pesados". De hecho, los expertos aprovechan la capacidad de "ciertos microorganismos y plantas para actuar como agentes descontaminantes en el terreno". En los primeros resultados se ha descubierto el "alto potencial" de algunas plantas autóctonas, como el abedul, el sauce, la olivarda y leguminosas como la "melitotus alba". Además, los investigadores han detectado la presencia de "ciertas bacterias endófitas resistentes a altas concentraciones de arsénico y la existencia de hongos que favorecen los procesos de descontaminación". Estos avances "abren expectativas significativas en el uso de estas técnicas biológicas para suelos que, desde hace más de una década, permanecen catalogados como terrenos contaminados", destacan.

El trabajo a escala real en los suelos contaminados de Langreo, Mieres y Cangas de Onís comenzó en 2012. Los tres emplazamientos presentan restos de arsénico en el subsuelo, en dos de ellos también hay mercurio y en uno, además, concentraciones anómalas de plomo. Rodríguez Gallego destacó que "nos hemos encontrado con emplazamientos muy heterogéneos y eso ha supuesto una dificultad". El profesor señaló que "existen composiciones muy diferentes del terreno a poca distancia, y eso complica la actuación, pero también nos ha sorprendido la enorme capacidad que el medio tiene para regenerarse".

Tras estas primeras indagaciones, el objetivo de los expertos es perfeccionar el uso de las técnicas de recuperación biológicas "que permitan la descontaminación de grandes parcelas industriales catalogadas desde hace años como suelos contaminados de una forma más sostenible ambientalmente y asumible desde el punto de vista económico". Hasta ahora, la única opción que había era excavar en estas grandes superficies y retirar la tierra contaminada. También se podía optar por su encapsulamiento. En ambos casos se trata de procesos "complejos y muy costosos", que convierten en "inasumible" la limpieza de un determinado terreno.

Además de la Universidad de Oviedo, también trabajan en este proyecto el Principado de Asturias y la empresa Sogener, una firma asturiana centrada en las áreas del agua, la construcción sostenible y la energía limpia. Asimismo, cuenta con colaboradores en centros de investigación de Polonia, Suecia y España. Dentro de la Universidad, esta iniciativa se enmarca dentro de la línea de investigación medioambiental del cluster de Energía, Medio Ambiente y Cambio Climático, impulsado por el Campus de Excelencia Internacional.

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