Tradición, artesanía y tortos con picadillo. Pero ni rastro de protestas. Los vecinos de Gallegos no cumplieron su amenaza de emprender movilizaciones durante la celebración del XVI Mercáu Asturianu de Cenera, después de que la organización y el Ayuntamiento reordenaran y eliminaran algunos expositores para permitir el paso de ambulancias y camiones de bomberos en caso de emergencia (a pesar de que ya existía un paso alternativo). Los puestos abrieron a las once, y el mercado se fue llenando poco a poco. Había casi un centenar de artesanos, que pusieron a la venta y exposición todo tipo de productos: desde jabones naturales y miel hasta navajas.

El día despertó con sol y temperatura agradable y los artesanos supieron aprovecharlo. En un rincón, cerca del lavadero, la hilandera Leonides Rodríguez carda la lana. "Llevo haciendo esto toda mi vida, me enseñó mi madre", afirma la artesana, natural de Grandas de Salime pero residente en Avilés. Trabaja la lana desde el principio hasta el final. El resultado son patucos, jersecitos de bebé y otras prendas y abalorios que también expondrá y venderá hoy en Cenera.

Hasta el puesto de Leonides Rodríguez llega el olor del picadillo que están cocinando en un puesto para la hora de comer. La oferta gastronómica es muy variada, aunque casi todo lleva el sello de Asturias. Entre los expositores está Susana Martínez, productora de "Gamonéu" desde hace veinte años. Es una habitual del Mercáu de Cenera y sabe que el público responde, así que este año tiene listos para la venta ochenta kilos del manjar que elabora en la quesería Priédamu. Reconoce que el proceso para hacer el queso "da mucho trabajo", pero que compensa. "Sabes que estás ayudando a mantener una tradición", destacó Martínez.

Ella no puede hacer una exhibición de su mano con los quesos en directo, pero otros artesanos aprovechan el Mercáu de Cenera para demostrar cómo trabajan en su taller. Una de las que se atrevió fue Bego Bobes. A la sombra, cosía un nuevo monedero de cuero. "Lo hacemos todo artesano, también la costura", señaló. El objeto más simple que tiene a la venta, un pequeño monedero en forma de saquito, lleva más de una hora de elaboración. Empezó a dedicarse al cuero por afición y ahora es casi ya una forma de vida.

Los tiempos cambian y algunos artesanos han tenido que reinventarse. Sheila Fervasoni, natural de Brasil, acude este año por primera vez a Cenera para mostrar al público sus creaciones. Vende cosmética natural, elaborada con leche de cabra, y originales piezas textiles. Las que más llaman la atención del público son unos delantales exclusivos, con volantes, bordados y estampados. "Llevo muchos años dedicándome a esto, pero siempre busco lo que quiere el público", destacó.

Y de los nuevos, a los de siempre. Lobo Artesanía es ya todo un habitual entre los puestos de Cenera. Se trata de una familia artesana dedicada a la cuchillería y, especialmente, a la elaboración de navajas. Hoy está al frente del puesto José María Lobo, hijo del impulsor de la marca. "Ahora estoy en paro, soy Ingeniero de Minas, pero hago esto como afición para tener las manos ocupadas", destacó. Sus trabajos, aunque él diga que es "amateur", no pueden ser más profesionales. Le gusta lo que hace y no tiene problema en explicar, paso a paso, la elaboración de una bonita navaja con empuñadura de madera pulida. Las labores pueden llevar entre dos y cuatro horas.

Los expositores tuvieron ayer un buen día y esperan repetir hoy. La muestra abrirá a las once de la mañana y estará cargada de actividades para animar las compras. Los juegos infantiles corren a cargo de "Gamusinos" y también habrá representaciones teatrales con "Amalgama". Los bailes regionales corren a cargo de "L' Artusu" y "Ruxidera" y habrá música de la Banda de Gaitas "Villa de Mieres" y de "Andrés y Daniel d'Insierto". Los vecinos seguirán tranquilos, siempre que se respete la nueva ordenación de puestos. Así que hoy, de nuevo, tradición, artesanía y tortos con picadillo.