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El baloncesto hace escuela

Los tres jugadores extranjeros del Villa de Mieres participan en un programa pionero que combina los entrenamientos con su formación

El islandés Eggertsson realiza un lanzamiento a canasta durante un entrenamiento. J. R. SILVEIRA

En Mieres, como en USA. Los islandeses Sigvaldi Eggertsson e Ingimar Baldursson, y el macedonio Dushan Ivanovski son jugadores del Baloncesto Villa de Mieres (BVM2012). No sólo tiran canastas, también están estudiando en el colegio Lastra de Mieres. Se trata de un proyecto pionero, una réplica de las becas de estudio para deportistas de Estados Unidos, que está dando muy buen resultado. Los chicos se han adaptado a la perfección, aunque echan de menos a su país y a su familia. Lo que menos les gusta de Mieres es "que hay poca gente que hable inglés".

No hablan español, pero aprenden a marchas forzadas. Hay tres piezas clave para su formación como jugadores y como estudiantes: la residencia del Baloncesto Villa de Mieres (donde están bajo supervisión de un tutor), el colegio Lastra y su centro de entrenamiento. La agenda de los jóvenes es muy apretada. "Nos levantamos a las siete y media para ir a entrenar", explicó Eggertson, de 16 años. Van a clase tras una hora de ejercicio.

Sigvaldi Eggertsson, de 15 años, es el benjamín del grupo y Dushan Ivanovski, de 18, el mayor. Los tres están en la misma clase, les toca a primera hora con Pablo Martínez. Siguen la formación de su país, a través de un método a distancia, pero en el Lastra de Mieres reciben clases de apoyo de todas las asignaturas. También mejoran su inglés y aprenden español. Según Martínez, "tienen muchísimo interés, hacen que todo sea más fácil".

Cuando suena el timbre, entra por la puerta Jorge Muñiz, profesor de gimnasia y también de apoyo para los jóvenes. Ivanovski quiere aprender rápido español, porque está interesado en continuar su formación en la Universidad de Oviedo. "Me gustaría estudiar Económicas", explicó ayer.

Tienen varios planes de futuro pero coinciden en que triunfar en el baloncesto es la meta. "Me gustaría ir a Estados Unidos con una beca, hacer un plan como el que tengo aquí", reconoce Eggertsson. El más joven de los "fichajes" del Villa de Mieres vive con su madre, que también juega en la Escuela de Madres. Ella fue jugadora profesional de balonmano en Islandia. Empezó a entrenar a su hijo cuando cumplió cuatro años.

A la misma edad, y también por influencia familiar, empezaron a tirar a canasta Ingimar Baldursson y Dushan Ivanovski. Los padres del primero eran entrenadores, al igual que el padre y el abuelo de Ivanovski. Es la primera vez que salen de su país y que participan en un programa como este: "Lo más difícil fue convencer a mis padres", bromea Baldursson, que quiere estudiar una Ingeniería y Económicas. Su familia visitó Mieres al principio de curso, y la de Ivanovski vendrá pronto.

Termina la clase, esta vez amenizada por una charla, y llega al hora del "lunch". Dicen que la comida del Lastra está "muy buena", pero que consideran que "en España se come un poco en exceso". "En nuestro país comemos un poco de arroz y carne, y aquí hay un plato con el arroz y otro para la carne, es mucho", dice Baldursson, aunque sonríe. Una de las primeras palabras que han aprendido es "postre".

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