El Montepío de la Minería Asturiana ha dado una nueva vuelta de tuerca a su idea de captar socios para ampliar su masa social. Y lo ha hecho con un claro guiño hacia la gente joven. Las últimas generaciones de mineros suponen apenas un pequeño porcentaje del total de mutualistas por lo que, actualmente, la afiliación está envejecida. Por ello ha decidido impulsar, dentro de su plan social, tres tipos de subvenciones para captar a la gente más joven: un cheque por matrimonio, otro por maternidad y una exención para parados de larga duración.

La dirección del Montepío llevará a la próxima reunión de la Comisión Regional, máximo organismo de gobierno de la mutualidad, una propuesta detallada para acometer un programa de ayudas que complete también la campaña de socios que iniciará en las próximas semanas. La primera de las ayudas, cuya cuantía se desconoce, se otorgará a las parejas que vayan a contraer matrimonio, bien por la vía civil o religiosa, o vayan a formalizar su unión como pareja de hecho o cualquier otro tipo de fórmula. "Queremos contribuir así a ayudar en los gastos que todo ello conlleva", explicaron las fuentes de la mutualidad. El segundo de los programas de ayudas será una especie de cheque bebé, que el Montepío otorgará a aquellos mutualistas que vayan a ser padres. Aunque las cuantías están por definir, la mutualidad entregará un dinero por cada hijo. Es decir, que si una pareja mutualista tiene más de un hijo mientras esté vigente la ayuda, cobrará la subvención en dos ocasiones. Para beneficiarse de alguna de estas ayudas, uno de los requisitos será que alguno de los dos miembros de la pareja sea mutualista. No será necesario que ambos se abonen al Montepío.

La última de las iniciativas que se incluirán en el programa social del Montepío será una exención para los parados o paradas de larga duración. La dirección de la mutualidad propondrá a la Comisión Regional eximir del pago de la cuota de mutualista durante un año, lo que supone un ahorro de casi 200 euros.

Estas medidas entran dentro del plan social del Montepío, y suponen un guiño hacia los más jóvenes. Desde la mutualidad, se busca también un atractivo para sumar nuevos afiliados jóvenes. De hecho, en la última asamblea se aprobó una modificación de estatutos para abrir la entidad más allá del estrecho círculo que desde su creación había fijado, que suponía que solo los mineros y sus familiares directos podrían ser mutualistas.

Desde el pasado verano, los familiares hasta segundo grado de consanguinidad de las personas que cotizan en el Régimen Especial de la Minería puedan afiliarse al organismo sean o no mutualistas sus ascendientes. Eso, según los cálculos a la baja realizados por el Montepío, podría abrir el abanico a una base de más de 150.000 personas. A partir de ahí, además, la semilla para garantizar la supervivencia de la entidad estaría sembrada ya que los descendientes de aquellas personas que se hayan afiliado, sean ya mineras o no, también podrán inscribirse.

La pérdida de mutualistas es uno de los grandes lastres que está arrastrando el Montepío durante los últimos años. Y es que, año a año, se están produciendo un importante número de bajas vegetativas, que no se cubren a posteriori con las nuevas generaciones de mineros, que no tienen la arraigada cultura mutualista que había hace décadas. En el último lustro se ha pasado de los 16.000 mutualistas a los menos de 12.000 que hay en la actualidad.