El carbón va a seguir siendo una fuente de energía capital en el futuro. Así lo aseguran algunos de los expertos que participaron ayer en la última jornada del curso: "El carbón: caracterización, usos actuales y prospectiva", que se celebró en las instalaciones del Instituto Nacional del Carbón (Incar), un centro perteneciente al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). En sus ponencias, y en la mesa redonda de debate, los expertos dejaron claro que el mineral tiene y tendrá una gran importancia, aunque deberá "mejorar su comportamiento medioambiental", es decir, apostar por integrarse con las tecnologías de combustión limpia.
El director de Energía y Minas del Principado, Isaac Pola, explicó que "hay que mantener la importancia del carbón en nuestro mix de generación eléctrica". Además, destacó del mineral que además de su aplicación en la producción energética, también es muy necesario para la fabricación de coque para la industria siderúrgica, "que es una buena parte de nuestro corazón industrial". El responsable regional defendió una apuesta firme por el carbón, aunque con una presencia menor. "El carbón debe de estar de una forma modulada, con la incorporación de nuevas fuentes de energía. Ahora mismo, con el gas natural en Soto, o con las renovables, como la eólica", indicó Pola, que agregó que el Principado trabaja en el aprovechamiento de recursos propios como la biomasa forestal o la geotermia del agua de mina.
En el caso de Asturias, puntualizó Pola, el mineral "sigue suponiendo una parte significativa del mix energético. "Más de la potencia instalada es de carbón, y en torno al 60% de la generación también", indicó. En España, la media es de que el carbón supone un 19% de la generación, siendo segunda, tercera o primera fuente, en función del periodo del año. Sin embargo "antes, dos tercios de ese carbón era nacional, ahora solamente un tercio lo es". Para Pola, el mineral debe "tener un papel significativo", pero "conscientes de que el carbón debe de mejorar su comportamiento medioambiental".
El curso organizado por el Incar-CSIC ofrece también una visión más amplia de las aplicaciones del carbón. En este sentido, Pola destacó la importancia en el desarrollo de la industria carboquímica, y en la creación de nuevos materiales como el grafeno. Un análisis, en el que coincidió con el director del Instituto Nacional del Carbón, Fernando Rubiera, que indicó que una de las aplicaciones a futuro del carbón son las investigaciones en la elaboración de "materiales de carbono avanzado".
Respecto al futuro energético del carbón, Rubiera apuntó a que "si el carbón fue el motor de la revolución industrial, ahora debería ser en España la fuente que diese estabilidad energética". "Lo que todos querríamos sería energía limpia y barata, es decir, las renovables. Pero ahora no te pueden garantizar, ni a corto ni a medio plazo, al cien por cien. Tampoco se puede depender si del gas natural ni de las nucleares. Por lo tanto, el carbón va a garantizar una seguridad energética", subrayó, para añadir que se debe caminar hacia una combustión más limpia del mineral.
Otro de los expertos que participó en el curso fue Francisco Javier Alonso, presidente de la Plataforma Tecnológica Española del CO2 (PTECO2), que aseguró que "el futuro del carbón, en el ámbito de la generación eléctrica, va necesariamente ligado a las tecnologías de combustión limpia". Para Alonso, "ahí es donde el carbón puede jugar un papel muy interesante, ya que como combustible, sigue siendo muy barato, y la generación con carbón también". Eso sí, advirtió el experto que "en el momento que se tengan que integrar unos niveles de emisión a través de otras opciones se va a encarecer". La clave para el mineral, apuntó Alonso, es "intentar cuanto antes ir a esas tecnologías porque ahí hay una ventana que igual puede perder".
