¿Para qué sirve un artista? A esta pregunta respondió ayer Olga Ovejero Larsson, jefa del servicio educativo del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía de Madrid, durante el encuentro que mantuvo con los alumnos del IES Bernaldo de Quirós de Mieres. Ovejero Larsson expuso las principales lecciones que, a su juicio, dan los creadores artísticos a través de su obra. La principal, destacó, es que "los artistas nos enseñan a ver y a crear una realidad paralela, nos dicen que no tenemos por qué limitarnos a copiar las cosas como las vemos. Tenemos derecho, como seres humanos, a modificar nuestra realidad".
La jefa del servicio educativo del Reina Sofía es asturiana. Olga Ovejero estudió Musicología en la Universidad de Oviedo y lleva ocho años trabajando en el centro de arte contemporáneo, seis en el puesto que ocupa actualmente. "El museo está íntimamente ligado a la Transición", explicó a los jóvenes asistentes a la charla. A la muerte de Franco, añadió Ovejero Larsson, "España necesitaba un museo de arte moderno, un símbolo más de que el país sería libre y democrático". Así nació el centro de arte que actualmente cuenta con más de 21.000 obras, aunque sólo se expone un cinco por ciento de la colección. La mayoría de las obras se guardan a buen recaudo y bajo la mirada de los conservadores. El centro cuenta con veinticinco restauradores y más de un centenar de personas se ocupan diariamente de velar por la seguridad de las obras y el museo.
"Quiero explicaos por qué los museos son tan necesarios, por qué se invierten tantos recursos en el mantenimiento y en la exposición de las obras", señaló la ponente. Y en ese punto de la intervención, la jefa de servicio del Reina Sofía destacó la necesidad de que exista el arte para cambiar la realidad: "Hay muchas cosas que existen porque alguien las imaginó primero en su cabeza". Como aquel avión con el que sólo soñaba Leonardo da Vinci.
Es posible conocer la historia de un lugar admirando las obras artísticas, añadió. También ir a la esencia de las cosas, algo "muy necesario" en un mundo tan visual como el actual: "La vida se puede reducir a la esencia, nos lo enseñan obras de artistas como Manuel Viola y Antonio Feito". Pero si hay algo que le gusta a Olga Ovejero Larsson del arte contemporáneo es la posibilidad de pensar libremente: "A veces me dicen 'es que yo este arte no lo entiendo'. Y yo les respondo que el arte contemporáneo no se entiende, se interpreta".
