Paralelamente a la reunión que el comité de empresa mantuvo con los responsables políticos del Ayuntamiento de Mieres, parte de la plantilla de Mieres Tubos se concentró ante la Casa Consistorial a modo de protesta. Allí, leyeron un comunicado exigiendo que la empresa recupere "la normalidad" y achacaron la situación actual de la compañía a que el propietario Luis Uribarren, "en ningún momento ha demostrado interés por la puesta en marcha de nuevo de la actividad, dedicándose en todo momento a entorpecer la situación de la empresa". De hecho, aseguraron que el propietario "ha vetado e impedido la posibilidad de que inversores o grupos empresariales que pudieran entrar a participar en el proyecto industrial de Mieres Tubos".

El secretario de UGT en Mieres Tubos, José Ángel Álvarez García, dibujó la complicada situación por la que atraviesan los trabajadores. "La plantilla atraviesa un momento desesperado, con muchos compañeros acabando la prestación por desempleo", aseguró, para agregar que "nosotros como parte social a la empresa le hemos dado todo, firmando un plan industrial bajando salarios y perdiendo beneficios". Álvarez García insistió en que la solución de Mieres Tubos pasa por vender la empresa a otros inversores "que estaban dispuestos a asumirla". Sin embargo, indicó el portavoz de UGT, "el problema es la familia Uribarren, que es la que tiene que decir que si Mieres Tubos continúa o no continúa, y que, en ningún momento ha hablando con nosotros".