Era el mes de enero de 1906 y Antonio Burgos Ortiz no salía de su asombro. Pastor de profesión, se encontraba cuidando de sus ovejas -en las cercanías del cortijo El Conejo, en la localidad de Hernán-Valle, en el municipio granadino de Guadix- cuando "un hombre cayó del cielo", según relató después a su familia. El extraño aventurero resultó ser Jesús Fernández Duro, un asturiano que acababa de protagonizar la hazaña de ser la primera persona en sobrevolar los Pirineos tras cubrir una distancia en globo de 700 kilómetros entre Pau (Francia) y Guadix. No hubo tiempo para muchas más presentaciones. Fernández Duro pidió a Burgos que le llevara al Ayuntamiento para que quedara constancia oficial de la proeza. El vecino de Hernán-Valle no lo dudó. Dejó a sus ovejas, cargó el globo en un carro y, acompañado por el aeronauta felguerino, se dirigió a Guadix.
Han pasado 110 años y un monumento inaugurado a principios de mayo recuerda en la ciudad de Guadix la aventura de Duro. Fue un acto que contó con la participación de las autoridades locales, de una delegación del Círculo Aeronáutico "Jesús Fernández Duro" de La Felguera y de mandos del Ejército del Aire. El homenaje se completó con una exhibición de vuelo de un globo del Real Aero Club de España.
Entre los asistentes también había una nutrida representación de vecinos de Hernán-Valle, encabezada por su alcaldesa pedánea, María Ortega, y por descendientes de las personas que auxiliaron al aeronauta langreano cuando tomó tierra. En el autobús, de vuelta al pueblo, se comentó que era una pena que en Hernán-Valle no hubiera también una placa o algún elemento que recordara la hazaña ya que, a fin de cuentas, fue el lugar en el que aterrizó Duro.
Antonio Titos recogió el guante. Este granadino emigrado a Cataluña cuando tenía 16 años cuenta con una segunda residencia en Hernán-Valle y se puso manos a la obra. "He hecho de todo en mi vida. He trabajado en la construcción, en astilleros, de carpintero, de pescadero y como proyeccionista. Se me da bien imitar cosas y si se me mete algo en la cabeza lo hago", explicó ayer Titos a este diario por teléfono: "Nunca había tenido un globo cerca hasta que lo vi en Guadix ni había hecho ninguna escultura, pero quería que Hernán-Valle también tuviera su monumento para recordar el viaje en globo de Duro; las gestas de personas así no deben olvidarse".
Titos hizo acopio de barras y láminas de hierro y con la ayuda de un "martillo y la rodilla para doblar el material" elaboró la pieza, que recrea el aerostato "El cierzo", con el que Fernández Duro sobrevoló los Pirineos: "La gente del pueblo está encantada y yo muy agradecido por su apoyo y el de la alcaldesa pedánea".
Hernán-Valle, como Guadix, también tuvo su acto de inauguración de la escultura, al que asistió el edil Manuel Ortiz, el historiador Antonio Reyes, la alcaldesa pedánea María Ortega y descendientes de las personas que auxiliaron a Fernández Duro cuando aterrizó.
El aeronauta felguerino, que cubrió su periplo en un día, tuvo que enfrentarse a la lluvia y la nieve y a temperaturas de hasta 18 grados bajo cero a una altitud de 3.500 metros. Su intención era llegar a África, pero tuvo que descender en Granada porque ni globo ni ocupante podían aguantar más.
"Mi abuelo relataba cómo ayudó a Duro cuando llegó a tierra. Según contaba, él estaba preocupado por llegar lo antes posible al Ayuntamiento para que se acreditara de forma oficial el punto al que había aterrizado", explica Dolores Molina Burgos, nieta de Antonio Burgos.
"Hernán-Valle tiene unos 400 vecinos y la gente conoce la historia de Fernández Duro porque se ha ido transmitiendo en las familias. La hazaña no ha sido olvidada", indica el historiador Antonio Reyes, que participó en la inauguración del monumento de Guadix y de la escultura colocada en Hernán-Valle, dos globos de hierro que rinden homenaje perpetuo a la gesta de pionero del aire langreano.
