Buscar metales, plantar una encina y hasta volar un dron. Estas eran algunas de las posibilidades que se ofrecieron ayer durante la celebración de la primera feria de la ingeniería que organizaba la Escuela Politécnica de Mieres. Un espacio que, como explicó su directora, Asun Cámara, "estaba pensado para generar interacción entre los propios estudiantes, pero finalmente decidimos abrirlo a los institutos de la zona". En la feria se mostraba la cara más atractiva y práctica de los grados que se imparten en Mieres. Su éxito dará pie a que se pueda ofertar como actividad para los centros educativos en futuras convocatorias.

De todos los apartados de la feria, el más vistoso sin duda fue el de los drones. La parte central del hall de la escuela se convirtió en un pequeño circuito para volar estos dispositivos que son utilizados profesionalmente para llevar cámaras y sensores. Víctor Alonso, alumno del máster de Teledetección y Sistemas de Información Geográfica, uno de los encargados del estand aseguraba ayer que "los chavales están encantados y se lo han pasado muy bien dirigiendo estos aparatos". No mentía, la mayor parte de los alumnos consultados destacaban este apartado. Entre ellos se encontraba Aitor Álvarez, del instituto Sánchez Lastra de Mieres, quien afirmó que "es con lo que mejor me lo he pasado, no tenía ni idea de que se utilizaban en la carrera". Una opinión similar guardaba David Gómez, también del Sánchez Lastra, quien apuntó que "estudiar en Mieres es una opción más a valorar de cara a la Universidad".

Pero no sólo había drones ayer en el campus. La alumna de doctorado e ingeniera forestal María Castaño ofrecía a los alumnos muestras de encina, pino pinaster, pino silvestre y abeto douglas para que lo plantasen en sus jardines y huertos. "Nos los ha cedido el Principado de Asturias a través del vivero de la Mata", explicaba Castaño, quien también mostraba algunas de las muestras de laboratorio que utilizan para la biomasa. Otros puestos destacados fueron los de la impresora y el escáner en tres dimensiones, los motores de combustión o los metalodetectores profesionales. La asociación de entibadores también se desplazó hasta el campus de Mieres para imitar una galería de mina de tres cuadros, mostrando cómo se hacía las labores originales de mina. La feria se completó con varias exposiciones y las pruebas del tercer concurso de ingenios hidráulicos y aerodinámicos, que en este caso tenían que hacer pruebas de flotación.