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Mieres Tubos suma ya tres años parada y parte de la plantilla carece de ingresos

Los trabajadores llevan sin cobrar sus nóminas desde enero y la sucesión de expedientes hace que parte del personal haya agotado las prestaciones

Trabajadores de Mieres Tubos, durante una protesta frente a la fábrica.

Mieres Tubos ya lleva tres años sin actividad. La antigua Perfrisa se encuentra en una situación límite, sin ninguna garantía de recuperación. Los 60 trabajadores que aún permanecen en la plantilla llevan desde principios de año sin cobrar las nóminas, según ellos mismos reconocieron ayer a este diario. En cumplimiento de lo recogido en el expediente de regulación de empleo que actualmente está vigente, acuden de manera rotatoria a la factoría de Sueros para realizar simplemente labores de mantenimiento. En vez de producir, se encargan de velar porque los equipos estén en condiciones de retomar la actividad si aparece un inversor. Incluso han asumido las labores de vigilancia de las instalaciones: "La situación es desesperada y estar tres años así es muy duro", reconocen los portavoces de la plantilla.

Los problemas de Mieres Tubos se hicieron patentes a principios de 2014, cuando el Grupo Condesa comenzó a tener graves dificultades para abastecerse. Los sindicatos, por entonces, desconocían el alcance del problema financiero. La crisis estalló en mayo de ese año, con la paralización de la producción. Una medida en principio transitoria que se ha prolongado en el tiempo. La fábrica mierense tenía entonces alrededor de 90 empleados. El comité de empresa alegó hace tres años que la fábrica tenía pedidos suficientes para trabajar con normalidad. Lo sigue sosteniendo. Acotaron por tanto el problema en la aparente incapacidad que Condesa tenía para encontrar financiación y poder así cumplir con sus proveedores, principalmente con Arcelor-Mittal.

El plan industrial firmado hace dos años no ha dado estabilidad a Mieres Tubos. Es más, la situación para la antigua Perfrisa se agravó con el plan de viabilidad que el grupo metalúrgico alavés Condesa firmó con sus acreedores (la banca y el gigante siderúrgico Arcelor-Mittal) . Este acuerdo de disgregación supuso que Mieres Tubos siguiera en manos de las dos familias fundadoras del grupo (Iribecampos y Uribarren), que también mantuvieron en su poder la filiales Condesa Inox, de Legutiano (Álava) y Tubos del Mediterráneo (Tumesa), de Sagunto (Valencia).

Los trabajadores están al límite tras tres años de incertidumbre. Actualmente llevan cuatro meses sin cobrar y una gran parte de ellos ya no perciben la presentación por desempleo: "Con la regulación de empleo, el paro se ha ido acabando y todos estamos en el límite", señalaron ayer los portavoces de la plantilla. Reconocen que en todo este tiempo únicamente han visto cercana la solución en un momento concreto. Y es que el pasado mes de noviembre se truncó la negociación que durante meses se mantuvo con un inversor para que desembarcase en la compañía, aligerando así la pasada deuda de la misma. La auditoría encargada por el inversor sacó a la luz una deuda "oculta" de dos millones de euros, que se sumarían a los ocho millones necesarios para poner en marcha de nuevo la factoría mierense a pleno rendimiento.

Aún así, la factoría de Sueros tiene ahora mismo pedidos. Los trabajadores ven el proyecto viable. "En estos meses han pasado muchos inversores por la fábrica, pero el propietario no hace nada", aseguran.

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