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"La poesía es la desobediencia frente a la costumbre"

"Estoy en un país donde se celebra el aniversario de Miguel Hernández, pero Lorca sigue siendo un desaparecido"

Juan Carlos Mestre. F. RODRÍGUEZ

El poeta leonés Juan Carlos Mestre visitó hace unos día Asturias para participar en el recital "Las estrellas para quien las trabaja", en la Casa de la Buelga de Ciaño. Un acto organizado por la Universidad de Oviedo y la asociación "Cauce del Nalón", donde el poeta, acompañado por la música, dio cuenta de su arte ante los presentes. Mestre, que fue Premio Nacional de Poesía en 2009, asegura que es bastante receloso de los premios y que, en este caso, no hizo nada para merecerlo. No opinaban lo mismo los miembros del jurado, ya que este poeta cuenta con una dilatada trayectoria artística, no sólo enmarcada en la poesía, sino que también ha tocado otros palos como el ensayo o la pintura.

-¿Qué es "Las estrellas para quien las trabaja"?

-Es una lectura poética, su nombre es una metáfora de lo que sigue siendo el discurso poético. Todo a través de un imaginario poético social, donde la palabra sea una presencia civilizadora, que construya una sociedad más junta donde esté desterrado el sufrimiento. Yo pertenezco a una tribu de los que renuncian a ejercer la autoridad artística. La poesía es lo que cada uno quiere que sea, tiendo a pensar que en este momento de mi vida estoy en un país donde se celebra el aniversario de Miguel Hernández, pero Lorca sigue siendo un desaparecido. La poesía establece una alianza con nuestra memoria, no sólo son frases bien entonadas, hay poesía en actos donde la justicia acompaña a la belleza, como lo que hace la asociación por la recuperación de la memoria histórica.

-Suele acompañar sus recitales con música.

-A lo largo de mi vida he hecho muchos recitales, ya he pasado los 60 años, y he acompañado a muchos músicos como Amancio Prada o Santiago Auserón. También he colaborado con muchos músicos en este tiempo. Ahora me acompaño solo, tocando el acordeón u otro instrumento, porque me agrada lo performativo, que la lectura poética, cuando es una puesta en escena con público, esté acompañado por los sonidos cómplices del instrumento musical.

-¿Tiene definición su poesía?

-Todo lo que tenga que ver con el orden clasificativo es de otras categorías, pero no de la mía. Yo soy de formación periodista, pero no creo en establecer la poesía dentro de categorías. La poesía es un ser inclasificable por la materia, que es la desobediencia frente a la costumbre, a lo establecido.

-En 2009 recibió el premio nacional de poesía, ¿cómo recuerda esa época?

-No hice nada para merecerlo, no tengo la culpa de ello. Soy bastante receloso de lo que puede significar un premio más allá de la llamada de atención sobre una obra. Los premios pertenecen a las categorías de valor, pero rara vez a la conducta.

-¿Suele visitar Asturias?

-He venido con relativa frecuencia porque tengo muchos amigos en Asturias y forma parte de mi paisaje humano, afectivo y emocional.

-Es poeta, pero también hace ensayos y pinta, ¿se considera un artista todoterreno?

-No, parcialísimo. No niego mi condición de artista, porque es a lo que me dedico, a hacer arte, pero yo creo que hay que desafiar la falta de autoridad del límite de los géneros. Esto es el resultado de una intensa pasión, creo que todo es el resultado de mi experiencia, no creo en los dones artísticos con resultado de una particularidad personal, a mi entender es la formación, la educación, el azar. Desde niño sentía admiración por los poetas que llegaban a los festivales de poesía, y la verdad que de la misma manera que conocí a los músicos, había una relación promiscua con aquellas personas que habían optado para crear cosas aparentemente inútiles, pero que para mi eran un refugio de salvación. Yo quería pertenecer a un país así, frente a la dureza de la explotación laboral, de los campesinos, de los mineros, oficios duros y tormentosos.

-¿En qué proyecto está metido ahora?

-Estoy metido más que nunca en un proyecto que se llama "Duda", porque tengo una duda absoluta y radical sobre lo hecho, sobre lo que me pasa por la cabeza en estos momentos y lo único de lo que no tengo duda es la esperanza en el porvenir de la sociedad.

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