José María Álvarez González, "Pepín el de María" o "el de la biblioteca" (Rioseco, 26 de octubre de 1929), es una de las personas más conocidas por los vecinos de Sobrescobio. Por su trabajo, durante muchos años, en el Ayuntamiento y la biblioteca, y por su labor impulsando actividades culturales y deportivas. El Ayuntamiento ha decidido reconocer su labor nombrándolo hijo predilecto de Sobrescobio.
-Pasé aquí toda la vida, menos por la mili, que hice en Melilla, y un año que trabajé en Gijón.
-Llegar entonces a Melilla no sería como hoy...
-Tardaba cinco días, transbordos de trenes, un viaje interminable. Estuve 18 meses, con un único permiso, vine en junio, el día de San Juan, y estuve a hierba casi siempre. En Gijón trabajé en un taller metalmecánico.
-¿Cómo empezó a trabajar en la biblioteca?
-Trabajaba en Gijón. Cuando volví, me llamaron del Ayuntamiento porque la persona que llevaba la biblioteca ("Carmen la maestra") lo había dejado y estaba cerrada. Y si no la abrían, un director general dijo que se llevarían los libros y los fondos a otro sitio. Respondí que sí, aunque ya me advirtieron que "cobrar nada, que no tenemos presupuesto". Era el año 1971, y estuve hasta el 2000.
-Tenía que trabajar aparte, ¿dónde lo hizo?
-En la construcción del pantano estuve ocho años como vigilante. Empezó la obra en 1971, y hasta 1979 trabajé en ella. Luego, con la llegada de la democracia, entré de concejal en la primera Corporación (por el PSOE). El secretario municipal me propuso ser el tesorero, consultaron si era legal todo el asunto y decidieron que sí. Era el tesorero y el bibliotecario.
-¿Iba más gente a la biblioteca antes que ahora?
-Bueno, iba la gente joven a pasar un rato, a leer las revistas, los mayores se llevaban libros...
-Como bibliotecario, ¿es buen lector? ¿Qué está leyendo ahora?
-Siempre me ha gustado mucho leer. Ahora lo hago en una tablet, porque puedo aumentar el tamaño de la letra, ya no veo muy bien. Estoy con un libro que se titula "La pesca del salmón en Yemen", me lo recomendaron, pero de momento no me va mucho... a ver.
-¿Qué le parece el reconocimiento que ha acordado el Ayuntamiento, otorgándole el título de hijo predilecto?
-No soy amigo de homenajes, pero claro que es un orgullo. Dicen que es por las actividades que organicé, pero siempre lo hice todo con los chavales y la gente joven.
-Fue uno de los fundadores del Club La Panoya, que ahora organiza las fiestas...
-Fue sobre el año 1960. Había un cura, don Custodio, y entre cuatro organizamos el club. Entonces no se podía hacer nada sin contar con el Frente de Juventudes y la Iglesia. Había un local que era del Frente, se habló con el alcalde y el cura, y pudimos utilizarlo. Empezamos a hacer socios, juntamos como a unos cien. Así empezó el club.
-¿Qué actividades organizaban al principio?
-Había mucha juventud, y como no había para dónde ir, hacíamos guateques; estaban llenos. Compramos una televisión, un tocadiscos... Las fiestas empezaron unos años después. Éramos cuatro hombres y dos mujeres, funcionó muy bien durante muchos años. Luego la fiesta de la primavera (para los mayores de 65 años) se empezó a organizar siendo yo presidente y Arturo Carrio (luego alcalde) secretario.
-También impulsó el equipo de fútbol de Sobrescobio...
-Hubo en tres ocasiones equipo de fútbol, la primera vez sobre el año 50, cuando yo fui a la mili estaba funcionando el Deportivo Nalón. Terminó, pasaron unos años y volvimos a reflotarlo, y hasta una tercera vez. El campo de fútbol estaba al otro lado del río (en la zona conocida como Sienra). Yo jugar no jugaba, pero estaba en la directiva. También estaba en el grupo de teatro.
-¿Cómo se llamaba?
-Era el "Cuadro Artístico de Rioseco", estuvimos cantidad de años funcionando, con varios directores, representamos obras por muchos sitios. La verdad es que lo pasábamos bien.
