El parador de Brañagallones, reconvertido en refugio de montaña desde hace casi un año, prevé colgar el cartel de completo este verano. Los responsables de la instalación ya manejan un índice de reservas de un 60 por ciento para julio y algo más elevado, de un 70 por ciento, para agosto. Sin embargo, prevén que en este último mes se pueda alcanzar la plena ocupación del equipamiento. La observación de las estrellas y el avistamiento de aves son algunas de las actividades, junto a otras iniciativas de turismo activo, que los gestores del refugio están barajando implantar para hacer su oferta más atractiva.

La Federación de Montaña, Escalada y Montañismo de Asturias se encarga de la gestión de la instalación desde el mes de septiembre del pasado año, tras la fracasada aventura de Brañagallones como hotel de montaña. El Principado propietario del edificio invirtió 50.000 euros para adaptar el equipamiento como alojamiento de senderista y montañeros, ampliando su capacidad, gracias al uso de literas, hasta las 41 plazas.

José Manuel Prado es el encargado de la instalación, que cerró 2016 con un volumen de más de quinientas pernoctaciones. A esa cifra se sumó el elevado número de turistas que, sin alojarse en el inmueble, pasó por Brañagallones para comer en el refugio o disfrutar de las instalaciones. La instalación no ha aflojado el ritmo en lo que va de año. "El primer trimestre fue más bajo porque no nevó mucho y no pudimos aprovechar las actividades de esquí de travesía y rutas con raquetas que estaban previstas. El segundo trimestre ya tuvimos muy buena afluencia gracias a los grupos de montañeros, llegados de toda Asturias y de otras partes de España como Burgos, Madrid, Galicia y Cantabria", argumentó Prado.

La previsiones de ocupación por el verano van por la misma línea. "En julio tenemos un 60 por ciento de reservas y en agosto, un 70 por ciento. Todavía es muy pronto así que esperamos que en agosto estemos rondando la plena ocupación", aseguró el encargado del refugio de Brañagallones, que también desveló las positivas estimaciones existentes para el otoño. "Ya tenemos bastantes reservas para esas fechas porque es una época de mucha actividad de los grupos de montaña".

Renovación

El primitivo refugio de cazadores de Brañagallones se renovó a finales de los noventa. En 1997 se hizo una remodelación integral, pero no sería hasta agosto de 2005 cuando el Principado firmó un contrato de explotación con una empresa del sector hostelero. El inmueble fue acondicionado como hotel de tres estrellas, pero no llegó a cuajar. El equipamiento sólo estuvo abierto cuatro años y la escasa demanda de visitas y los desperfectos que cada invierno se detectaban fueron un lastre. El Principado, como propietario del edificio, no pudo rescindir el contrato a pesar de que el parador estaba cerrado. Hubo que esperar hasta la extinción de contrato para que se retomaran las negociaciones con la Federación de Montaña, que pasó a hacerse cargo de la instalación.