Unos llevaron empanada, otros lasaña, croquetas o empanadillas. Cada casa, el plato que mejor cocina. Y los juntaron en una mesa para disfrutar con todos sus vecinos. Es la comida de la gran familia de Baíña, uno de los actos centrales de la fiesta de San Bartolomé y que patenta el espíritu de la romería: la tradición y la hermandad. Participaron más de 150 personas, que se reunieron al mediodía y alargaron la sobremesa hasta última hora de la tarde. Por la noche, como estaba previsto, hubo música.

Los asistentes a la comida de convivencia empezaron a llegar al centro de la localidad al mediodía. Allí estaban las mesas y las sillas, dispuestas desde la organización de la fiesta. "Es uno de los actos que más nos gusta, porque involucramos a todos los vecinos y cada año sale mejor", explicaron desde la comisión de la fiesta de San Bartolomé. A las dos de la tarde, con todos los comensales ya sentados, empezaron a degustar los platos de sus vecinos.

El encuentro va más allá de la comida. Cuando llega el postre, los vecinos ya se han puesto al día y empiezan a mirar atrás. Entre recuerdos y promesas para el próximo año, los pequeños de la casa disfrutaron de un programa de juegos. Por la noche, la música corrió a cargo de "Los Blus Probes". Amenizó la verbena "Duo Epo-k".

Y pocas horas de descanso, porque el programa sigue hoy. A la misa solemne, al mediodía, seguirá la tradicional puya del ramu. Por la noche, la romería estará amenizada por "Les Xanes". Hay que reservar fuerzas, porque la fiesta sigue hasta el martes.