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Una firma italiana es la última esperanza para los trabajadores de Mieres Tubos

La empresa se reunirá con el administrador concursal a mediados del próximo mes, cuando dará a conocer su oferta por la factoría mierense

Algunos de los trabajadores de Mieres Tubos, durante una protesta ante los Juzgados. FERNANDO GEIJO

La agonía que mantienen los trabajadores de la factoría de Mieres Tubos (antigua Perfrisa) durante los últimos tres años llegará a su fin el próximo mes de septiembre. Las esperanzas de la plantilla están puestas en una firma italiana que ha mostrado interés por la compañía y que trasladará su oferta al administrador concursal a mediados de mes. Antes de que termine septiembre se conocerá si la factoría vuelve a encender sus máquinas o, por el contrario, cierra de forma permanente.

Los trabajadores, por su parte, no pasan por su mejor momento, ya que no están cobrando sus sueldos. La compañía, tal y como confirmaron fuentes del comité de empresa, han dado vacaciones a la plantilla, esto supone que los que percibían la prestación por desempleo se quedan también sin esta paga. Actualmente hay diecisiete personas que no cobran ningún tipo de prestación "y están al límite", señalan. De ahí que tengan grandes esperanzas puestas en la compañía italiana. En caso contrario, se quedarían en el paro de forma indefinida, aunque ya quedarían liberados para buscar un nuevo empleo y tratar de llevar un sueldo a casa.

Aunque se desconoce cuál es la oferta de la firma interesada en la factoría de Mieres, sí se conocen algunas de las condiciones previas que había puesto. Tal y como señalaron desde el comité, la compañía pretendía realizar una prueba de maquinaria para comprobar que no tendría que hacer mayores inversiones en equipamiento. La prueba aún no se ha realizado, aunque los trabajadores de Mieres Tubos ya han adelantado trabajo y han testado ellos mismos las máquinas con buen resultado.

La compañía entró en concurso de acreedores a principios de este mes. El Juzgado de lo mercantil de Oviedo tramitó el auto de declaración de un concurso deudor y nombró un administrador concursal para encargarse de atender las reclamaciones de los acreedores de la empresa. Al final, la familia Uribarren, propietaria de la antigua Perfrisa, fue incapaz de llevar la nave a puerto pese a que tanto los sindicatos como el Principado encendieron todos los faros disponibles, pero la deuda de la factoría, de unos diez millones de euros, era un pesado lastre. La actual factoría, dedicada a la fabricación de barreras metálicas de seguridad y tubos de conducción, nació a principios de los setenta como una esquirla del astillado árbol del Fábrica de Mieres. Perfrisa tomó el control de la herencia de la Compañía Asturiana de Tubos. La fábrica pasaría luego a integrarse en la red de fabricación de tubulares perteneciente a Aceralia Transformados. En 2004 el grupo Condesa compró la factoría.

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