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La crisis incrementa la emigración: 13.443 vecinos viven en el extranjero

Desde 2009 hay un 36,7% más de personas naturales de las Cuencas en otros países

Paulina Villar muestra fotos de su vida en Alemania. En el recuadro, con el pequeño Alexander.

Julio de 1982. Paulina Villar se mira en el espejo y peina el pelo negro en una coleta alta. Echa un último vistazo a la maleta, abierta sobre la cama: revistas, pasaporte y un billete de tren con destino a Darmstadt (en la Alemania Federal). Le esperan veinticuatro horas de viaje y ahora tiene que pagar el peaje emocional: la despedida. En la cocina están esperándola sus padres y sus hermanos, intenta contener las lágrimas. Pasarán dos años hasta que los vuelva a ver.

Abril de 2013. Félix Suárez desenchufa el cargador de su "smartphone". Tiene dos "WhatsApp" en el grupo de amigos. Abre el cajón, no recuerda dónde está el billete low-cost que le llevará hasta el aeropuerto de Stansted (Londres). Por fin lo encuentra, debajo de la sudadera que vestirá en el viaje. La despedida tiene que ser rápida, va con algo de prisa: "Nos vemos en verano", le dice a su madre.

Treinta años separan dos historias de emigrantes de las Cuencas: ella de Pola de Laviana (nacida en Lois, León) y él de Sama. Las nuevas tecnologías, el avance en las comunicaciones y la mejora en el poder adquisitivo facilitan la rutina de los que buscan una vida mejor fuera de España. Pero los números dan vértigo: actualmente, residen en el extranjero 13.443 personas de las comarcas del Nalón y el Caudal (un 36,7% más que en 2009). Cifra que supera en más de 2.000 al número de habitantes del concejo de Lena, y supera ligeramente la de Laviana. Herencia de décadas de emigración, acelerada en los últimos años por la crisis económica.

No fue la economía, fue el amor. Paulina Villar no quería estar lejos de Berthold, un chico alemán que había conocido durante su estancia como estudiante en León. "Me fui a Alemania sin trabajo, pero pronto encontré empleo", explica. Primero en un lujoso restaurante, con pistas de golf. Trabajaba en la cocina, pero siempre sin contrato: "Mi situación no se regularizó hasta que me casé con Berthold". Casi siempre se sintió querida y bien pagada. La peor experiencia, aunque le pese, fue en una empresa con sello español: "Trabajaba en un restaurante de españoles y me despidieron, de un día para otro, sin pagarme".

Félix Suárez estaba harto de vivir "en una guardia continua". Es enfermero y tenía que estar siempre disponible por si el teléfono sonaba: a veces para una guardia de un día, otras para una baja de dos meses. "Me cansé, esa situación cansa a cualquiera", lamenta. Hizo la maleta y llegó a Londres. En unas semanas estaba trabajando en el Royal Brompton Hospital, dependiente de NHS (siglas de National Health Service, la seguridad social de Reino Unido). "No está mal, tienes más vacaciones que en España y más facilidades para formarte. Sobre el papel parece que cobras mucho más de lo que es, porque la vida en Londres es muy cara", explica.

Las oportunidades de empleo, especialmente en el sector sanitario, ponen a Reino Unido a la cabeza de los destinos elegidos por los emigrantes del Principado. Pero sólo de los emigrantes de ahora, los que se conectan a través del "smartphone" y vuelan con billetes low-cost. Explica el historiador y colaborador de LA NUEVA ESPAÑA, Ernesto Burgos, que las Cuencas han vivido tres grandes momentos de emigración: finales del siglo XIX, los años cuarenta -tras la Guerra Civil- y la "fuga" de vecinos que empezó con la crisis económica.

Periodos

Los primeros emigrantes, los del siglo XIX, tenían maletas de cartón y pasajes para cruzar el charco. El principal destino era Argentina. Afirma Ernesto Burgos que "se desplazaban principalmente a la zona sur, a lugares con actividad minera". Algunos volvieron para quedarse, otros sólo de visita. Pero la historia deja huella: según el Instituto Nacional de Estadística de 2016, viven en Argentina 32.082 asturianos.

La emigración de los años cuarenta se desplazó, mayoritariamente, a otros países de Europa: Bélgica, Francia y Alemania eran los destinos "estrella". Bélgica suma 8.259 personas nacidas en el Principado, frente a las 4.686 de Francia. Aquella Alemania que aún intentaba sanar de la Segunda Guerra Mundial recibió a miles de asturianos entre los años cincuenta y sesenta del pasado siglo. Actualmente, viven en el país germano 3.688.

Paulina Villar no tenía mucho contacto con otros españoles cuando estaba en Darmstadt. "Me pasé dos años sin escuchar ni una sola palabra en español", afirma. Así que hubo momentos que fueron muy difíciles. Como el 29 de abril de 1986. Recuerda Villar que Berthold llegó a casa del trabajo, con gesto muy serio: "Me dijo que tres días antes había explotado un reactor en la central nuclear de Chernóbil. Ocurrió a más de 1.000 kilómetros de distancia de Darmstadt, pero la ciudad estaba muy afectada", explica. Se echó a llorar, esperaba a su primer hijo y se sintió "amenazada por un enemigo invisible". Tomó todas las precauciones, compraba verduras importadas de España. El embarazo fue genial y tuvo un parto "muy respetado". Sólo un día después de dar a luz a Alexander, el bebé y ella volvieron a casa.

"Tío, ¿dónde estás?". "Llámame cuando puedas". "¿Estás bien?". El teléfono de Félix Suárez no dejaba de sonar en la noche del 3 de junio de este año. Su familia y amigos españoles estaban viendo aterrados el atentado islamista en London Bridge, cerca del piso que comparte con unos amigos. Y él no respondía a las llamadas. "Estaba viendo un partido en Brixton (en el sur de Londres) con unos amigos, tenía el móvil en silencio. Aquel atentado me cambió, porque me di cuenta de que uno de los muertos podría haber sido yo", afirma.

La sociedad británica también cambió. "Hay más racismo, aunque en Londres no se percibe tanto. Hay mucha gente extranjera trabajando", explica. Sí se nota un mayor rechazo a los no ingleses en el norte de Reino Unido: "Cuanto más al norte y más pequeña la ciudad, peor". El resultado del "Brexit" fue "chocante" para Suárez pero no para otros amigos que están en Gran Bretaña pero fuera de Londres. "El 'Brexit' hizo que me replanteara muchas cosas, si no fuera por mi novia, volvería a casa sin pensarlo. Pero es que ahora mismo tengo mi vida aquí, en Londres"

Algunos ya están volviendo. El número de emigrantes durante los años de la crisis "tocó techo" en 2011: entonces, había 13.595 personas de las comarcas de Caudal y Nalón que residían en el extranjero. Son 152 emigrantes menos de los contabilizados en el año 2016. La cifra está muy lejos de los años anteriores a la recesión económica: en 2009, el Padrón de Españoles Residentes en el Extranjero (PERE) contabilizaba 9.827.

El día que Paulina Villar empezó a empaquetar sus cosas para regresar, la radio anunciaba la caída del muro de Berlín: "Fue una emoción muy grande, mucha gente estaba sufriendo". Ahora vive en Laviana, tiene dos hijos y está jubilada. Viaja a menudo a África para ayudar: "Quiero hacer cosas que me llenen, y esto es lo que me llena". Cuando sabe que compartirá página con un chico joven que ahora vive en Reino Unido, le deja un mensaje: "No sé por qué viajaste allí, si por necesidad o por aventura. Sea como sea, te recomiendo que amamantes tu nueva cultura y que disfrutes de la experiencia".

Mensaje recibido para Félix Suárez, que hoy está viajando de vuelta a Londres tras pasar unos días en Sama. Intentará convencer a su novia, Varsha, para comprar algún día un billete sólo de ida a Ranón. Una tarde del pasado verano en Cimadevilla, en Gijón, la chica abrió una puerta a la esperanza: "¿Sabes? Esto es muy bonito, yo podría vivir aquí".

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