Unas piedras del tamaño de un puño cuelgan atadas de un hilo fino del techo de una de las estancias situadas en la primera planta de la Casa Duró. "Son los restos de una de las últimas exposiciones, los folletos están todavía por ahí detrás". Lo explica Juan Antonio Álvarez, director de Proyecto Hombre en Mieres, quien compaginará durante una semanas su labor como terapeuta con tareas de carpintería y bricolaje en general. Y es que la entidad ya ha tomado posesión del popular edificio, considerado el inmueble civil más antiguo de la ciudad y hasta hace seis años sede del principal centro artístico del municipio.

Terapeutas, usuarios y voluntarios de Proyecto Hombre han formado un insospechado equipo "multidisciplinar" con el objetivo de acondicionar la Casa Duró para su nuevo uso. Juan Antonio Álvarez explicó ayer que el objetivo de la entidad es poder dejar a finales de noviembre la que ha sido su sede durante 22 años, la desgastada casa Rectoral de la calle Jerónimo Ibrán. Por delante tienen varias semanas de intenso trabajo. El histórico edificio situado en la plaza del Carmen está perfecto en el plano estructural, pero presenta las lógicas deficiencias que causa el desuso con el paso del tiempo: "Hay pequeñas humedades y tenemos que pintar, además de hacer puntuales arreglos; pero cada vez estamos más convencidos de que el inmueble se adapta perfectamente a nuestras exigencias".

La inminente mudanza abrirá nuevos espacios de atención. En cuando se haga efectivo el traslado a la Casa Duró los responsables del centro terapéutico local pondrán en marcha un nuevo programa de atención. Comenzarán a prestar apoyo a jóvenes de entre 14 y 22 de años y a sus familiares: Se trata de dar cobertura a los problemas derivados del uso y abuso de sustancias, pero también con lo relacionado con la dependencia que generan las nuevas tecnologías. No podrá ser más funcional, ya que la nueva sede se encuentra a pocos metros del principal instituto de la ciudad, el Bernaldo de Quirós. Hasta ahora, el programa "Reciella" únicamente se ha venido desarrollando en Oviedo.

De momento, los propios usuarios del centro, junto con voluntarios y personal terapéutico, se están encargando de acometer las mejoras que necesita el edificio. El traslado ya está muy próximo.