Amor Cabeza Calvo, de 93 años, verá reconocido el trabajo de toda una vida cuando reciba este sábado el galardón de "Abuela campesina del año" en el acto que tendrá lugar en Canzana (Laviana). Nacida en 1924 en el pueblo de Caleao, en el concejo de Caso, esta mujer se dedicó durante casi toda su vida al oficio de molinera, trabajo que compaginó con el cuidado del ganado y las labores en el campo.

La Asociación de Mujeres Campesinas de Asturias (Amca) ha otorgado este premio, que se viene celebrando desde 1991, a Amor Cabeza por representar los "valores del campo asturiano". La galardonada recuerda su infancia como "humilde pero feliz al lado de sus hermanos" y agradece a sus padres que "nunca me sacaron de la escuela pa ir a trabayar", algo que era muy habitual. De su adolescencia rememora que fue "muy poco a las fiestas porque su padre era "muy severo" y siempre debía "estar en casa antes de que anocheciera".

Tras casarse con Recaredo Barrial se mudó a Gobezanes, también en Caso, donde ha residido desde entonces. Después de llevar el bar del pueblo, la pareja se quedó con el molino del pueblo que era propiedad de los padres de su marido. A partir de ese momento, Amor Cabeza se encargó de su "querido molín" y su esposo de repartir los fuelles por los pueblos. "Pasamos la vida en el molín: bajaba por la mañana y subía por la tarde con los nenos a cuestes", relata esta mujer que tuvo tres hijos: Balbina, Antonio y Jesús. Cabeza recuerda como casi tiene al segundo de ellos, Antonio, "en el mismo molino".

Además de llevar a cabo su labor de molinera, la premiada realizó durante años las tareas propias de una mujer en el medio rural. Atendía el ganado, cultivaba las huertas y se dedicaba al otro puntal de su vida, la familia.

Tras la jubilación, dejó su vida sacrificada. Eso sí, no echó de menos las diversiones "porque no se conocíen". Ahora sigue en su casa de Gobezanes pendiente de sus tres nietos y sus tres bisnietos. Con 93 años, Amor Cabeza lleva una vida metódica, se levanta sobre las ocho y se acuesta temprano, y se sigue ocupando de su perra "Tuca, los gatos y los corderinos".

Esta abuela campesina ejemplar hasta hace poco todavía sembraba "patates, cebolles, fabes, un poco de tou". Ahora, esta mujer a la que le gusta conversar podrá contar la historia de como recibió este premio a toda una vida.